¿Qué tal, pequeños desconfiados? ¿Ya pensabais que me había olvidado de comentar Boyhood? Vale, me he retrasado un poco, pero entre que el curso ya está en marcha y que he pillado un resfriado que me da un dolor de cabeza y un cansancio increíbles, no he tenido tiempo de publicar antes esta reseña. He llegado un poco tarde, porque algunos cines ya han dejado de tener esta película en cartelera, pero también es verdad que muchas salas hacen promociones que permiten ver películas que han estado recientemente disponibles a precios reducidos, así que a lo mejor hasta tenéis suerte y podéis ahorrar un poquito. Aunque, sinceramente, ya os digo que esta no es una película que os deje con la sensación de haber tirado el dinero, sensación a la que todos los cinéfilos tenemos pánico.
La primera vez que leí algo sobre esta película me olvidé de su título, de los actores que participaban en ella y de todo en general, salvo del detalle que la hace única: ser grabada a lo largo de doce años reales, es decir, desde 2002 hasta 2013. Creo que esa es la característica más llamativa de la película, puesto que la historia nos enseña la evolución real de los actores que dan vida a los distintos personajes, más notable por supuesto en aquellos más jóvenes, como sucede con el protagonista, Ellar Coltrane. Esto es algo tan atípico que por si solo resulta interesante, pero tampoco debemos dejar de prestar atención a la historia que nos ofrece una película que, además de buena, tiene algo que no todas tienen: alma, ángel... en fin, llamadle como queráis.
Buena parte de la culpa de que la película sea tal y como es es de sus actores, que hacen unas interpretaciones de lo más creíbles para retratar a una familia que podría ser tan real como cualquiera que conozcáis. De hecho, si por algo destaca la historia es por ser bastante realista, con varios toques dramáticos pero también con situaciones más divertidas. Como veis, el trabajo del creador y director de la película, Richard Linklater, no puede ser más equilibrado.
Como protagonistas tenemos a Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Lorelei Linklater y Ethan Hawke, miembros de la familia retratada en esta película. Se supone que la historia está más centrada en el niño, Mason, pero realmente hay un recorrido por toda su historia familiar, enfocado especialmente en sus padres, que se separan e inician vidas muy dispares, y también en su hermana, una niña muy despierta que se convertirá en una adolescente rebelde.
Dicho de este modo, quizás el argumento no sea muy atrayente, porque parece otro drama familiar norteamericano. Sin embargo, creo que el modo de presentar a la familia es bastante diferente, sin mostrar una familia absolutamente feliz con un pequeño enredo, sino que nos enseña una realidad familiar compleja, como la que existe en tantos y tantos hogares, que va mutando a lo largo de los años y en la que los chicos van atravesando esos complejos cambios que a veces resultan todavía más difíciles.
Lo cierto es que yo tenía ganas de verla por la atención que le dieron las principales webs y revistas sobre cine, y por la originalidad de utilizar a los mismos actores durante tantos años. Sin embargo, una vez dentro de la sala se me olvidó esta anécdota, que al final, por muy original que sea, se queda en eso. Lo primero que aparece en la película es una canción, pero no una canción cualquiera, sino Yellow, de Coldplay. Como os podréis imaginar, para mí ese ya fue un golpe de efecto genial, y al menos en mi cine no fui la única, porque detrás se escuchó un "guau" bastante significativo. Lógicamente, esto también es bastante anecdótico salvo para fans, aunque me pareció un puntazo empezar una película que comenzó a rodarse en 2002 con una canción que fue un exitazo un par de años antes. Otro momento musical destacado es uno mucho más simpático, protagonizado por la hermana de Mason, en el que canta un tema famosísimo de los primeros 2000 (y ahí lo dejo, que no os quiero estropear esa escena tan cómica; eso sí, debo decir que a los que seáis de mi edad os traerá muchísimos recuerdos, y seguro que muchas niñas de aquella época os sentiréis identificadas con Samantha).
Y es que la película se convierte en una gran pieza sentimental para aquellos que tenemos una edad similar a la de Mason o a la de su hermana, y en una obra de interés para los demás. Los coetáneos de Mason y Samantha vemos elementos de nuestra niñez y adolescencia que nos traen buenos recuerdos, y que nos hacen identificarnos mucho con ellos, demostrando que a pesar de la distancia geográfica la globalización ha unificado muchísimo nuestros gustos y aficiones. Para los que son más mayores, el interés puede estar en ver cómo han cambiado las cosas en los últimos años, especialmente en la tecnología, algo que la película muestra de una manera clara en algunas escenas. Este último punto me parece muy interesante, ya que las cosas van tan rápido que a veces no echamos lo suficiente la vista atrás, y cuando se hace, como en este caso, es llamativo ver que en pocos años los ordenadores y los móviles, por poner solo un par de ejemplos, han cambiado tanto que apenas guardan parecido con aquellos que vemos en el comienzo de la película.
Claro que si por algo destaca Boyhood es por el modo en el que muestra cómo van evolucionando las relaciones entre los protagonistas, y muy especialmente la de los padres de Mason y Sam, que comienzan siendo una pareja en crisis para terminar siendo unos separados con una gran relación, pasando lógicamente por todos los estados intermedios. En este sentido, creo que la película es perfecta, porque nuevamente da una sensación de realismo innegable. Otro tipo de relaciones, como la de Mason con su primera novia o la de los dos hermanos adolescentes también están muy bien representadas en esta magnífica historia, llena de matices, como la vida misma.
Boyhood es una película que dura casi tres horas. De entrada, esto puede dar algo de miedo, pero sucede algo parecido a lo que pasa con La vida de Adèle: son dos películas tan entretenidas, y sobre todo, tan diferentes y únicas, que al final ni te das cuenta de que las horas van pasando. Si la película tiene un problema, desde luego no es su duración, porque al menos a mí no me pareció que sobrara nada de lo que nos cuenta Boyhood. Tampoco lo son sus actores, y si Patricia Arquette y Ethan Hawke están estupendos, no menos lo están los jóvenes protagonistas, especialmente Lorelei Linklater, que borda su papel de joven pasota y rebelde.
¿Qué es lo peor de la película? Es difícil decir algo malo, pero quizás lo que más echo en falta en Boyhood es más interacción de Mason con algún amigo íntimo. A ciertas edades todos hemos tenido al menos un amigo al que le hemos contado todo: nuestras preocupaciones, nuestros secretos, nuestros primeros pasos en el mundo de los adultos, etc. Sin embargo, en la película ese papel lo ocupa, en demasía para mi gusto, su padre. Vale, no dudo que mucha gente cuente todas sus cosas a su padre o a su madre, pero es complicado contar ciertas cosas a tus progenitores cuando tienes quince años. Quizá un amigo muy próximo hubiera servido para conocer más a Mason, especialmente cuando era adolescente, un momento de la vida en el que los pensamientos fluyen constantemente y necesitan ser expresados. Creo que está mucho mejor plasmada la adolescencia de Samantha que la de Mason, cuando el verdadero protagonista debería ser él, o al menos, eso se intuye
hasta en el cartel de la película.
Quitando esto, creo que Boyhood es una gran película. Cuando termina, y a pesar del abrupto final que en mi opinión tiene, sales del cine pensando en tu propia vida, y en lo universales que son ciertos sentimientos y sensaciones, especialmente, como acabo de decir, en la etapa adolescente. Salir de un cine con una sonrisa y haciendo una reflexión sobre uno mismo me parece una sensación maravillosa, así que no me digáis que no es una buena propuesta para esta semana. Si todavía no la habéis visto y aún tenéis la opción de verla en el cine, aprovechad esta semana y daros el gustazo de ver una película de la que, seguro, se seguirá hablando en los próximos meses. Un saludo para todos, nos leemos.
*Cartel: http://www.filmaffinity.com/.
Y es que la película se convierte en una gran pieza sentimental para aquellos que tenemos una edad similar a la de Mason o a la de su hermana, y en una obra de interés para los demás. Los coetáneos de Mason y Samantha vemos elementos de nuestra niñez y adolescencia que nos traen buenos recuerdos, y que nos hacen identificarnos mucho con ellos, demostrando que a pesar de la distancia geográfica la globalización ha unificado muchísimo nuestros gustos y aficiones. Para los que son más mayores, el interés puede estar en ver cómo han cambiado las cosas en los últimos años, especialmente en la tecnología, algo que la película muestra de una manera clara en algunas escenas. Este último punto me parece muy interesante, ya que las cosas van tan rápido que a veces no echamos lo suficiente la vista atrás, y cuando se hace, como en este caso, es llamativo ver que en pocos años los ordenadores y los móviles, por poner solo un par de ejemplos, han cambiado tanto que apenas guardan parecido con aquellos que vemos en el comienzo de la película.
Claro que si por algo destaca Boyhood es por el modo en el que muestra cómo van evolucionando las relaciones entre los protagonistas, y muy especialmente la de los padres de Mason y Sam, que comienzan siendo una pareja en crisis para terminar siendo unos separados con una gran relación, pasando lógicamente por todos los estados intermedios. En este sentido, creo que la película es perfecta, porque nuevamente da una sensación de realismo innegable. Otro tipo de relaciones, como la de Mason con su primera novia o la de los dos hermanos adolescentes también están muy bien representadas en esta magnífica historia, llena de matices, como la vida misma.
Boyhood es una película que dura casi tres horas. De entrada, esto puede dar algo de miedo, pero sucede algo parecido a lo que pasa con La vida de Adèle: son dos películas tan entretenidas, y sobre todo, tan diferentes y únicas, que al final ni te das cuenta de que las horas van pasando. Si la película tiene un problema, desde luego no es su duración, porque al menos a mí no me pareció que sobrara nada de lo que nos cuenta Boyhood. Tampoco lo son sus actores, y si Patricia Arquette y Ethan Hawke están estupendos, no menos lo están los jóvenes protagonistas, especialmente Lorelei Linklater, que borda su papel de joven pasota y rebelde.
¿Qué es lo peor de la película? Es difícil decir algo malo, pero quizás lo que más echo en falta en Boyhood es más interacción de Mason con algún amigo íntimo. A ciertas edades todos hemos tenido al menos un amigo al que le hemos contado todo: nuestras preocupaciones, nuestros secretos, nuestros primeros pasos en el mundo de los adultos, etc. Sin embargo, en la película ese papel lo ocupa, en demasía para mi gusto, su padre. Vale, no dudo que mucha gente cuente todas sus cosas a su padre o a su madre, pero es complicado contar ciertas cosas a tus progenitores cuando tienes quince años. Quizá un amigo muy próximo hubiera servido para conocer más a Mason, especialmente cuando era adolescente, un momento de la vida en el que los pensamientos fluyen constantemente y necesitan ser expresados. Creo que está mucho mejor plasmada la adolescencia de Samantha que la de Mason, cuando el verdadero protagonista debería ser él, o al menos, eso se intuye
hasta en el cartel de la película.
Quitando esto, creo que Boyhood es una gran película. Cuando termina, y a pesar del abrupto final que en mi opinión tiene, sales del cine pensando en tu propia vida, y en lo universales que son ciertos sentimientos y sensaciones, especialmente, como acabo de decir, en la etapa adolescente. Salir de un cine con una sonrisa y haciendo una reflexión sobre uno mismo me parece una sensación maravillosa, así que no me digáis que no es una buena propuesta para esta semana. Si todavía no la habéis visto y aún tenéis la opción de verla en el cine, aprovechad esta semana y daros el gustazo de ver una película de la que, seguro, se seguirá hablando en los próximos meses. Un saludo para todos, nos leemos.
*Cartel: http://www.filmaffinity.com/.
No hay comentarios:
Publicar un comentario