martes, 29 de enero de 2013

La muerte en Venecia

Hola a todos de nuevo. Después de un pequeño descanso, hoy me he animado a empezar este libro (y como veis, a terminarlo), al que le tenía ganas principalmente porque su autor es el célebre Thomas Mann, premio Nobel de Literatura en 1929 y autor de clásicos como La montaña mágica o el propio libro del que vamos a hablar en unos instantes.

El argumento de La muerte en Venecia gira en torno a varios factores, ya que el hastío, la pasión, la obsesión, la enfermedad y la muerte se irán sucediendo a lo largo del texto. Nos encontramos con un viejo y reputado escritor que, cansado de vivir en su lugar de residencia habitual decide mudarse, buscando un lugar más exótico. Al segundo intento decide irse a Venecia, y allí aparecerá el que será su objeto de deseo durante toda la trama: un joven por el que siente un amor enfermizo y obsesivo y con el que compartirá hotel. La estancia del escritor en la ciudad italiana se alargará, preso de un deseo que le hará perder la cabeza completamente y que le conducirá hacia la que será la parte final de su vida.

Sí, esta es la foto con la que os he dado la vara en Twitter  =P 


Estamos ante una obra que destaca por su lirismo y su belleza formal, aunque bien es cierto que en algunos momentos esto llega a saturar, habiendo párrafos enteros en los que la sonoridad y gracia de las palabras se colocan por encima de la historia. Sin embargo, en general la historia siempre queda por encima de este estilo florido, y nos vamos enganchando a cada nuevo movimiento que realiza el protagonista, von Aschenbach, en relación al joven del que se enamora: el momento en el que lo ve por primera vez, cómo va descubriendo su nombre, los distintos análisis que realiza sobre la belleza del chico, etc. Nos hundimos con el personaje en su desesperación obsesiva, esperando a que este progrese en su relación con el joven Tazdio, al que sigue en todo momento sin poder remediarlo. A partir de aquí el protagonista se ve envuelto en numerosas contradicciones, ya que a pesar de que sabe que su atracción por Tazdio se está convirtiendo en algo muy peligroso cada vez aumenta su vigilancia y la necesidad que siente de verle.

Nos encontramos pues con una novela muy bien escrita y con una historia que nos habla de la complejidad humana y de cómo podemos llegar a dejarnos llevar por nuestros instintos más bajos, aunque eso nos lleve irremediablemente a la locura y a la obsesión, e incluso a la autodestrucción. Von Aschenbach nos provoca una mezcla de sentimientos paralela a sus propias contradicciones, y conforme avanza la trama vamos comprendiendo sus actuaciones en base al sentimiento tan fuerte que le une al joven, a pesar de que su forma de actuar es extraña y reprobable. Y precisamente esto es lo mejor del libro: Mann nos acerca a una mente complicada y llena de recovecos que, aunque a priori provoca rechazo, acaba por obtener un cierto respaldo del lector.

Como veis, la edición que he leído incluye otra obra del mismo autor, Mario y el mago, y aunque en un principio no sabía si la leería ahora creo que sí lo haré, por lo mucho que me ha gustado La muerte en Venecia y porque en el prólogo de Francisco Ayala se da una visión muy interesante de este libro. Así que en cuanto haya acabado de leerlo, me pasaré por aquí para comentarlo. Nos leemos.




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