miércoles, 27 de febrero de 2013

Quédate a mi lado

Hoy os traigo una de las entradas más especiales de toda la andadura de este blog. Trata sobre una película, y no, no es la mejor película del mundo, ni tan siquiera la mejor de las que he comentado, pero es una cinta que ha ocupado desde la primera vez que la vi un lugar muy especial en mi vida. Esta es una de las primeras películas que fui a ver al cine, o, al menos, una de las primeras veces que fui al cine a ver una película con un contenido más adulto, ya que si bien de pequeña iba habitualmente al cine solía ver películas infantiles. Echando la vista atrás, creo que esta película supuso la transición hacia unos gustos más maduros, y sin duda contribuyó a que empezara a ver otro tipo de películas.

Como veis, esta película es Quédate a mi lado, y aprovechando que el domingo por la noche la emitieron en Antena 3 la vi por enésima vez con la intención de hacer esta entrada. 

La cinta está protagonizada por Susan Sarandon, Ed Harris y Julia Roberts, y a pesar de mi alergia a esta última actriz en esta película no puedo decir que no haga un buen papel. De mi devoción por Ed Harris ya os hablé en la entrada que dediqué a la película sobre Pollock, y Susan Sarandon también me encanta. El director de la cinta es el célebre Chris Columbus, artífice de un buen número de películas muy conocidas para el gran público, como por ejemplo algunas de la saga Harry Potter. Rebuscando he visto que la película es de 1998, cuando yo tenía exactamente siete añitos.

Sé que la historia es muy convencional, pero atrapa y conmueve en todo momento. Estamos ante una expareja bastante mal avenida, a los que distancia todavía más la tercera en discordia, Isabel, una joven fotógrafa. Además, los hijos de la pareja, Ben y Anna, no se tomarán bien la llegada a sus vidas de Isabel, intentando por todos los medios hacerle la vida imposible. Sin embargo, todo cambiará con el terrible problema de salud al que tendrá que enfrentarse la madre de los niños, Jackie. La relación entre ella e Isabel se irá normalizando, y eso contribuirá a que los niños también vayan viendo con mejores ojos a la novia de su padre. Por el medio, muchísimas escenas para el recuerdo, llenas de emoción pero también de grandes momentos de alegría.

Ese es precisamente el gran mérito de la película: la historia es trágica, pero no se lleva a un dramatismo extremo, habiendo instantes de verdadera felicidad. De hecho, una de las mejores cosas de la película a mi parecer es el final, ya que no se aprovecha un momento que podría ser especialmente lacrimógeno, de esos que suelen funcionar tan bien en las películas, como es el momento de la muerte de Jackie. Se prefiere en su lugar cerrar la historia con una imagen muy bonita de la familia, en Navidad.

¿Qué problemas presenta la película? Me habría gustado que el personaje de Ed Harris, Luke, tuviera un mayor protagonismo, ya que a pesar del peso que tiene en la trama a veces no cuenta con los suficientes minutos en pantalla. La trama a veces es un poco simple, y los personajes no están demasiado dibujados, aunque sí lo suficiente como para establecer cierto contacto con ellos. Hay quien acusa a la película de abusar de recursos para buscar la lágrima, pero como acabo de decir creo que hay momentos de ese tipo que se evitan, sobre todo los más drásticos.

Sin embargo, a favor tiene contar con una fotografía increíble, unas interpretaciones magníficas, incluidas las de los niños, Jena Malone y Liam Aiken, y una banda sonora simplemente espectacular. De hecho otra de las cosas que me ha acompañado siempre a lo largo de mi vida ha sido una canción que aparece varias veces en la historia, y que por cierto, también sonaba en un precioso anuncio de telefonía móvil, cuando esta era más una utopía que una realidad y casi nadie tenía un móvil en casa. Así que hoy, para cerrar el círculo de esta entrada tan personal y tan especial para mí, os dejo el vídeo de la canción. Espero que la disfrutéis. Nos leemos.





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