jueves, 7 de marzo de 2013

Recuperar el buen humor

Hola a todos. Hoy os traigo un post breve, pero bastante distinto a los que suelo hacer. Al final de esta entrada descubriréis los motivos por los que la he hecho, ya que aunque la idea venía de antes ha pasado algo que ha provocado que esté escribiendo estas líneas. Pero vayamos por partes.

Como sabréis, por lo que os he comentado aquí en algunas entradas, como la que hice sobre Sesión Golfa, de Quequé, me encanta el humor, y creo que es indispensable para tener una vida sana y feliz. Me apasionan los programas de humor, y guardo recuerdos especialmente buenos de tres: Splunge, Estas no son las noticias  y El informal; las series con toques humorísticos, sobre todo mi adorada Siete vidas, a la que siempre consideraré la mejor serie española de la Historia, porque era brillante (las tres primeras temporadas eran un monumento a la carcajada), la empecé a ver siendo muy niña (tanto que la grababa en vídeo porque no me dejaban quedarme hasta tan tarde) y porque siempre tuvo la capacidad de sacarme una sonrisa, incluso en mi año más triste. No me quiero olvidar de mis cómics de Mortadelo y Filemón, 13, Rue del Percebe y Pepe Gotera y Otilio (merezco la muerte por no haber mencionado a Rompetechos), todos ellos salidos de la pluma de mi admirado Francisco Ibáñez, ni de Mafalda, de la que os debo una entrada.
Otra de las cosas con las que disfruto enormemente son los monólogos, y he pensado que podía dejaros algunos para que los disfrutéis. Y recordad, el humor es siempre la mejor medicina.








*Esto fue lo que pude escribir antes de que mi ordenador, desde el que ahora mismo os escribo, se estropeara. La cosa ha sido tan seria que he tenido que comprarme otro, que he recibido hoy mismo, aunque evidentemente todavía tengo que configurarlo y meterle las cuarenta mil cosas que todos sabéis que necesita un ordenador. Así que a partir de ahora intentaré actualizar con un ritmo semejante al anterior, a pesar de que tengo una carga de trabajo bastante alta. De paso, os pido perdón por no haber avisado de lo que sucedía, más allá de haberlo dicho en mi cuenta personal de Twitter. Espero que al menos os guste la entrada y que os hayáis reído, aunque sea un poco. Nos leemos. 

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