Hola a todos otra vez. Siguiendo con la tónica de las últimas semanas, hoy os traigo una nueva entrada sobre una película que está en cartel y que podéis ver todavía en el cine, por si os apetece ir allí en lo que queda de fin de semana o durante la semana que viene.
Esta vez se trata de Efectos Secundarios (Side Effects), una película que se ha estrenado recientemente y que está dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por Rooney Mara, Jude Law, Catherine Zeta-Jones y Channing Tatum.
El argumento parte de una pareja, interpretada por Rooney Mara y Channing Tatum, que se reencuentran tras la salida del joven de la cárcel. Ella, que ha tenido varias depresiones, sufre una nueva crisis e intenta suicidarse. Para intentar recuperarse, y después de haber recibido en el pasado la ayuda de la doctora a la que da vida Catherine Zeta-Jones, elige al psiquiatra que interpreta Jude Law. Sin embargo, el tratamiento la deja en un estado de inconsciencia tal que la llevará a meterse en un lío (que no os voy a desvelar porque sería un gran spoiler). A partir de aquí, las cosas van dejando de ser lo que parecen, y la trama se va poniendo patas arriba a medida avanza la película.
Ya veis que no puedo ser muy explícita en mi resumen, porque uno de los méritos de la película está precisamente en los impresionantes giros de guión que presenta.
En un primer momento, la película parece recoger el testigo de El jardinero fiel (uno de mis libros favoritos, por cierto), y parece estar haciendo una dura crítica a la industria farmacéutica, que como todos sabemos tiene unos cuantos secretos bastante oscuros. La descripción de diversos antidepresivos como "pastillas de la felicidad" y mostrar que se toman sin apenas fundamento parecen críticas a una sociedad dormida por los medicamentos. Sin embargo, la historia irá diluyendo en gran medida tales acusaciones, porque finalmente todo cambia de modo drástico.
Todos los actores están fantásticos, destacando una bellísima y aparentemente frágil Rooney Mara, que borda su papel, y uno de esos actores que a mí nunca me acaban de convencer y que sin embargo en esta película está estupendo: Jude Law. Catherine Zeta-Jones también está espectacular, para no perder la costumbre. Sobre Channing Tatum corro un tupido velo, porque no es un actor que me guste mucho, es bastante inexpresivo y en los momentos clave no logra transmitir demasiado.
En cuanto a la película en sí, es capaz de sorprender y agitar al espectador con cada nuevo giro. En líneas generales, me ha encantado, pero sí encuentro que tiene un defecto muy grave, que ensombrece parcialmente el resultado final de la película, y no es otro que tener un final demasiado precipitado. Si para contarnos la historia no se escatiman tiempo y detalles, el final se resuelve de una manera rápida y brusca, contrastando demasiado con el ritmo que llevaba la película hasta el desenlace.
No quiero que esto os haga rechazar la posibilidad de ver la película, porque realmente sí me ha gustado y me ha parecido muy entretenida y bastante original. Además, está muy bien hecha, con planos muy típicos del director y con una fotografía cuidada y que destaca desde el principio. No os miento si os digo que yo la volvería a ver de nuevo pasado un tiempo, y creo que no hay mejor termómetro que ese para saber si una película te ha gustado o no.
Hasta aquí mi comentario sobre Efectos secundarios. Espero poder escribir pronto una nueva entrada, sobre cine o sobre lo que sea. Eso sí, si voy de nuevo al cine espero que quienes compartan sala sean más discretos comiendo, bebiendo y comentando la película, porque esta experiencia ha sido un poco incómoda. Supongo que a veces no nos damos cuenta de lo que podemos molestar cuando hacemos mucho ruido en un lugar en el que ante todo se pide silencio. Lo dicho, espero veros pronto por aquí. Nos leemos.
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