jueves, 18 de abril de 2013

El ladrón de palabras (The Words)

Hola a todos de nuevo. Hoy os traigo esa entrada de la que tanto os he hablado en anteriores entradas y que se ha hecho tantísimo de rogar por culpa del escaso tiempo libre que tengo últimamente. Como veis, ahora escribo más de cine que de cualquier otra cosa, porque estoy viendo más cine, que al final es lo que me exige menos esfuerzo y dedicación, y sobre todo, menos tiempo. Pero esto nunca será De cine y otros vicios, prometido ;-)

Normalmente intento escribir las entradas sin que haya pasado mucho tiempo entre el momento en el que he visto la película y el momento de publicación del post, pero en este caso al haberle dado prioridad a las dos entradas anteriores ya hace al menos tres semanas que he visto la película en cuestión. Espero que esto no haga que baje demasiado la calidad de la entrada, y si es así pido disculpas de antemano.

La película que hoy os voy a comentar es El ladrón de palabras (The Words), dirigida por Brian Klugman y Lee Sternthal y protagonizada por Bradley Cooper (y no, no me estoy viendo un ciclo de Bradley, pero sí que la vi después de ver El lado bueno de las cosas), Zoe Saldana y Jeremy Irons, y con secundarios como Olivia Wilde y Dennis Quaid.

Tremendos ojazos los de Bradley...
 La película trata tres historias distintas que se van entrecruzando. En primer término aparece un afamado escritor que, en una conferencia, va leyendo al público fragmentos de su novela, cuyo protagonista es un joven y poco afortunado escritor que después de un golpe de suerte encuentra un manuscrito en el que se narra una novela perfecta, que le catapultará al estrellato y le reportará grandes éxitos, hasta que conoce al dueño de la tercera historia: el autor del manuscrito. Este, que no tiene afán de aprovecharse del éxito de la novela ni de destruir la vida del autor, irá contándole poco a poco su vida al joven que transcribió su novela, en una historia llena de amor, tristeza, desgracias y resignación.

Yo llegué a la película gracias a una recomendación vía Twitter, y la verdad es que me pareció una cinta muy entretenida y resultona. En Estados Unidos la película recibió críticas bastante negativas, y sin embargo otras películas que son una auténtica porquería las han alabado hasta la saciedad. Sin embargo, a mí me pareció una película muy intimista y bonita, en la que además destaca su factura técnica y que se sale bastante de la norma, ya que tiene una estructura muy inusual. Puede gustar más o menos, pero es original y tiene un estilo propio que la sitúa por encima de otras muchas películas que son exactamente iguales a otras.

Quizás la parte que más flojea de la película sea una de esas tres historias de las que hablábamos antes, y más concretamente de la primera, interpretada por Dennis Quaid y Olivia Wilde. No se llega a profundizar en esa trama, y esto hace que chirríe bastante ante el desarrollo bastante amplio que sí se hace de las otras dos  historias. Lo mejor, la historia del anciano al que da vida Jeremy Irons y la tensión amoroso-sexual entre Zoe Saldana y Bradley Cooper, que queda bastante patente en la película. Tampoco nos podemos olvidar del conflicto personal que afronta el protagonista, siendo esta parte una de las más logradas de la película.

En fin, si tenéis un ratito libre podéis dedicarlo a ver esta interesante y entretenida película. Espero poder escribir una nueva entrada este fin de semana. Hasta entonces, nos leemos.




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