sábado, 5 de abril de 2014

El Gran Hotel Budapest

Hola a todos. Como veis, por segunda vez en esta semana os voy a hablar de una película que está actualmente en cartelera. Y es que, aprovechando que las entradas de cine costaban 2,90 euros los días 31 de marzo y 1 y 2 de abril, aproveché para ver, como os comenté en la entrada anterior, Ocho apellidos vascos el día 1, y El Gran Hotel Budapest el día 2. 

En los dos días elegí una sesión de tarde, y me impresionó la cantidad de gente que había en el cine, algo que ya anunciaban los autobuses que paran justo delante del centro comercial en el que están situados dichos cines; nunca los había visto tan llenos, al menos los buses que hacen ese recorrido. Como ya os he dicho alguna vez, para mí esta es la prueba de que el cine interesa, y mucho, al público. Si no, ¿qué hacía tanta gente en las salas, incluso muchos de ellos, yendo a ver más de una película? De momento, parece que la industria del cine ya ha aprendido algo de todo esto, puesto que ya se ha anunciado en los últimos días que la promoción Miércoles al cine, que en principio iba a finalizar a mediados de abril, va a continuar algunos meses más. 

Como ya en su día escribí una entrada dedicada a la Fiesta del cine, pasemos a hablar de El Gran Hotel Budapest, que es el tema que hoy nos ocupa. Después de haber tenido una experiencia tan buena el día anterior, esa misma noche decidí comprar una entrada para ver esta película, que me habían recomendado un par de amigas. El proceso de compra fue nefasto, y por culpa de Ticketmaster casi me quedo a las puertas del cine habiendo pagado mi entrada el día anterior; gracias a la comprensión de los trabajadores del cine pude entrar sin mayor problema. Eso sí, Ticketmaster se lavó las manos y, como ya había tenido problemas el lunes para comprar la entrada de Ocho apellidos vascos y ahí había podido reclamar (en el caso de la entrada de El Gran Hotel Budapest ni eso me dejaron hacer), me mandaron el miércoles a las 17:42 el correo que podéis ver a la derecha para pedirme perdón por la mala gestión de la entrada que compré para la primera película. Si estas son formas de hacer las cosas, que baje Dios y lo vea. 

Pero no dejaré que este problema ensombrezca el buen comentario que se merece la película de la que hoy os quiero hablar. Y es que he de decir que El Gran Hotel Budapest me ha gustado muchísimo: es divertida, tiene muy buen ritmo y la historia está muy bien planteada. ¿Qué más se puede pedir? Pues supongo que las carcajadas que se oyeron en la sala, ya que la película cuenta con un humor negro muy efectivo.

El Gran Hotel Budapest es la nueva película de Wes Anderson, protagonizada por Ralph Fiennes y Tony Revolori, aunque el reparto es amplísimo, y en el cartel podéis ver a F. Murray Abraham, Mathieu Amalric, Adrien Brody, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Harvey Keitel, Jude Law, Bill Murray, Edward Norton, Saoirse Ronan, Jason Schwartzman, Léa Seydoux, Tilda Swinton, Tom Wilkinson y Owen Wilson. Y os advierto desde ya que algunos están irreconocibles, especialmente Tilda Swinton: me acabo de enterar de que ella encarna a Madame D. y me he quedado asombrada de los años que le han echado encima para que pudiera realizar este papel. 

¿De qué trata la película? Se cuenta, a modo de flashback narrado por Zero, la historia de Gustave, el conserje del Gran Hotel Budapest, a comienzos de los años 30. El contexto de la guerra es obviado por Gustave, quien en sus ratos libres se ocupa de entretener de una manera muy especial a sus más ancianas clientas (y no digo más). Sin embargo, una de ellas, Madame D., es hallada muerta, y le dejará a Gustave una pieza muy importante en su testamento. A partir de aquí, todo serán problemas para Gustave, quien, tras haber encontrado como aliado a Zero, correrá una serie de aventuras derivadas de haber conseguido de manera ilícita tan preciado objeto, que formarán el núcleo argumental de la película. 

La historia es bastante sencilla, pero es el guion, adornado con esas pizcas de humor negro de las que hablaba antes, el que consigue que la película sea tan especial. No utiliza un humor fácil recurriendo a escenas graciosas, sino que se decanta por introducir el humor en escenas bastante rocambolescas, a través tanto de la imagen como del lenguaje, introduciéndose frases geniales en momentos que, a priori, no parecen precisamente divertidos. 

Antes de ir a verla, no tenía ni idea de cuál era el argumento de El Gran Hotel Budapest. De hecho, supongo que pensaba que se tratarían las historias de los huéspedes que se alojaran en ese hotel, y nada más lejos de la realidad. Ir con esta ignorancia al cine me hizo disfrutar de lo que ocultaba la película, aunque no pude hacer el juego de ver qué actor se ocultaba bajo cada personaje, menos, claro está, los que no estaban tan caracterizados como para no ser reconocidos. Después de verla, hice lo que suelo hacer en estos casos, que es ver las críticas que hace la gente anónima en Internet, y me encontré con una extraña situación: hay gente que ama la película y gente que la odia, pero no existe apenas el término medio. Quiero decir con esto que las notas numéricas que encontré eran dieces, nueves, ochos y pocos sietes; sin embargo, de ahí se pasaba de manera abrupta a los treses, doses y unos. Supongo que eso tiene que ver con lo peculiar de la historia, del guion y, sobre todo, de la manera de dirigir de Wes Anderson, que puedo entender que no sea del gusto de todo el mundo, ya que se sale bastante del estándar. Sinceramente, y a pesar de las malas puntuaciones que le dan algunos, creo que para un director es mejor obtener este resultado de ser amado por unos y odiado por otros que conseguir un seis general; además, en este caso la película tiene muchas más calificaciones positivas que negativas. 

Desde luego, si tenéis ganas de ir al cine este fin de semana o en los próximos días, os recomendaría elegir El Gran Hotel Budapest con los ojos cerrados. Es una película estupenda para desconectar y reírnos un rato, a la vez que nos sorprendemos con las ocurrencias de los distintos personajes, especialmente de Gustave; nos maravillamos con lo genial de sus actores (inquietantes con un punto kitsch Adrien Brody y Willem Dafoe) y disfrutamos de una historia que nos recordará sin duda al cine antiguo. Además, su estructura dividida en partes es de lo más original que he visto últimamente, y al menos se sale del cine con la sensación de haber visto una película distinta a lo que nos hemos acostumbrado a ver en los últimos años, y creo que eso siempre es bueno en un arte como el cine, ya que cualquier arte debe estar en constante renovación. No os estropeo más la película y simplemente os animo a que la veáis y la disfrutéis. Saludos para todos, ¡nos leemos!

*Actualización: hoy, mientras publicaba este post, Ticketmaster me ha enviado la entrada con la que acceder al cine a ver esta película de la que pude disfrutar el miércoles. Por mi parte, creo que no volveré a comprar en esta página salvo que sea estrictamente necesario. Compré las entradas por Internet para evitarme las larguísimas colas que se forman en las taquillas cuando se celebra la Fiesta del cine, pero sinceramente, casi prefiero comprarlas en las máquinas disponibles en el centro que estar con la incertidumbre de no saber si podrás entrar o no a la sala a pesar de haber pagado tu entrada unas cuantas horas antes del evento. Y encima tienen la poca vergüenza de enviarme la entrada cuando ya estamos a sábado. En fin.


*Cartel: http://www.filmaffinity.com/.

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