domingo, 26 de mayo de 2013

Firmin

Hola a todos. Lo primero que tengo que hacer en esta entrada es, otra vez, pedir perdón por haber actualizado tan tarde. Como os vengo diciendo estoy en temporada de exámenes y hasta anteayer me fue imposible encontrar tiempo para terminar el libro del que hoy os voy a hablar. Si a eso le sumáis un necesario reposo de apenas dos días para mis pobres neuronas entenderéis que no haya podido escribir esta entrada antes.

También quería volver a daros las gracias por el interés que habéis mostrado por mis dos últimas entradas. Saber que las habéis leído, y que las hemos comentado tanto aquí como en Twitter o incluso en el correo electrónico que encontraréis a la derecha de esta entrada es algo que me empuja a querer escribir siempre, incluso cuando no es lo que más me apetece en el mundo (estos días solo quiero dormir e intentar relajarme hasta que tenga que volver a estudiar, dentro de... ¿un día?).

Ahora sí, voy a hablaros del libro que he estado leyendo estos días. Se trata de una obra muy breve y que se lee rápidamente, aunque yo no me lo he leído entero en un mismo día porque como ya os he dicho tenía muy poco tiempo entre examen y examen como para ponerme a leer por placer. Tanto leerlo de este modo como de golpe me parecen buenas opciones, aunque personalmente creo que es un libro ideal para leer un capítulo antes de dormir; eso sí, si tenéis fobia a las ratas, este no es vuestro libro, y menos si va a ser lo último que hagáis antes de quedaros dormidos.

Me explico. Si os hablo de que el protagonista de este libro, Firmin (cuyo nombre da título a la novela), es una rata que ama la literatura y el cine, e incluso pierde la cabeza por actrices de carne y hueso, supongo que pensaréis que tantas horas de estudio me han vuelto loca, y que no puedo estar hablando en serio cuando recomiendo este libro. Pues ya os adelanto que estoy hablando totalmente en serio.

Cuando empecé a leer Firmin no tenía ni idea de su argumento, así que podéis imaginar mi cara conforme iba leyendo el primer capítulo; de hecho, reconozco que incluso tuve un momento crítico, de esos en los que piensas en dejar el libro a un lado y dedicarte a otra cosa. Pero me pudo más la curiosidad por ver qué tenía que ofrecerme una obra que había visto recomendada en muchísimas páginas web. Si a la gente le gustaba, tendría que tener algo, algo que yo desde luego en un principio no le veía.

Hay dos formas de tomarse este libro: como una biografía (autobiografía, mejor dicho) de una rata que de alguna manera vive al modo de los humanos o como una gran metáfora. Si leemos la novela desde la primera perspectiva estaremos ante una novela entretenida, simpática, bien escrita y sencilla. Sin embargo, ya a partir de los primeros capítulos nos damos cuenta de que no estamos solamente ante la historia de una rata con pretensiones de ser humana, sino que lo que el autor nos plantea es otra cosa. Firmin solo es el medio mediante el cual el autor, Sam Savage, proclama un inmenso amor por la cultura y, sobre todo, por la literatura. Y a partir de ahí, el libro se convierte en una pequeña joya que hace que nos sintamos identificados con una rata de vida peculiar, que devora libros (primero literalmente, y luego ya metafóricamente), disfruta yendo al cine y siente una enorme pasión por todo lo que tenga una historia detrás. Pero dentro de Firmin encontramos además amistad, deseo, introspección, dolor, frustración, inquietud, desapego familiar, tristeza, inteligencia, astucia, falta de comunicación, generosidad y muchísimos sentimientos más, que logran completar el retrato de quien nos escribe.

Evidentemente, y a pesar de lo que os acabo de decir, este libro tampoco es la mejor novela que vayáis a leer en vuestra vida. Esto lo digo porque he visto por Internet que la gente que lo ha leído y que tenía muchas expectativas puestas en él se ha sentido algo defraudada en general. Hay que afrontar el libro como lo que es: una novela corta, sencilla y bonita, pero sin pensar que es la gran obra del siglo XXI, porque no lo es. Pero si solo lo leéis con ilusión y curiosidad, disfrutaréis de una bonita historia en la que muchos os veréis reflejados, que es básicamente lo que me ha pasado a mí con esta peculiar historia de la rata lectora. Y creo que esto ya es más de lo que consiguen muchas otras novelas.

Así que de verdad os animo a conocer la historia de la rata Firmin, ya que creo que os sacará unas cuantas sonrisas con su inusual relato y su capacidad de analizar a las personas. Espero que os conquiste tanto como a mí (¡y pensar que estoy hablando de una rata...!). En fin, espero actualizar prontito. Mientras tanto, y como siempre, nos leemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario