viernes, 5 de agosto de 2011

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas


Vale, vale. Ya lo sé, he quedado fatal. Quienes me sigáis en Twitter sabréis a qué me refiero. Pero de eso hablaré más adelante.

Haruki Murakami es mi escritor favorito. Vale, hay otros que me encantan, que me emocionan y de los que tengo muchas de sus obras... pero siempre vuelvo a Murakami.

Así que una buena mañana no pude resistir la tentación y fui a una librería. Tenía en mente comprarme otro libro, no uno en concreto, pero no un nuevo Murakami. Pero cuando vi ese tocho con su portada de unicornios... en fin, que me llamó y me lo tuve que llevar. Y eso que tenía unos cuantos libros más sobre la mesa, sin leer. Soy de esas yonquis que se compran más droga sin haber acabado la que tienen en casa, es lo que tienen las adicciones.

Empecé el libro con mucho entusiasmo. El libro está estructurado en dos partes distintas, con capítulos alternos de una y otra parte. Eso sí, al final, como en toda la obra de Murakami, todo cobra sentido. Craso error por mi parte no darle un margen de confianza.

Leí las primeras trescientas páginas sin demasiado interés. Lo leía bien porque me encanta el modo en que escribe Murakami, siempre con un lenguaje muy directo y lleno de referencias pop que le confieren ese toque tan reconocible que tienen todos sus libros. Pero no me llegaba. Era como leer la parte trasera de la caja de cereales en el desayuno: la lees, claro, pero sin demasiada preocupación. Así que pensé que me había topado por fin con un libro de este autor japonés que no me entusiasmara.

Ese fue el famoso día en que empecé a "twittear" que no me gustaba el libro, que era aburrido y cosas similares. Bien, pues esa noche me avergoncé muchísimo de haberlo escrito, porque justamente en pocas horas el libro empezó a tener ese enganche que no te deja cerrarlo y dormir, porque quieres saber más y más de cómo evoluciona la historia. Así que estuve hasta las cinco de la mañana leyendo como una auténtica posesa.

Sin duda, es uno de los mejores libros de Murakami que he leído nunca. Es fantástico, la historia es absolutamente redonda y perfecta. Cuando parece que el final va a ceder a un cuento de hadas, el autor se arriesga poniendo un broche magnífico a la historia, sin concesiones a lo bonito y lo ideal.

La historia, como casi siempre en el caso de este autor, se mueve entre lo real y lo fantástico, aunque siempre con un tinte de realismo en todo lo que cuenta. La situación del informático es absolutamente imposible, ya que ese submundo plagado de elementos fantásticos es totalmente inviable; también lo es ese otro mundo (llamado Fin del Mundo, de ahí el título) que aparece retratado en la otra historia que forma parte del libro. Esto es cierto, pero también lo es que tal y como lo explica el autor, llegamos a imaginarnos ese mundo que describe, e incluso encontramos similitudes con el mundo real (porque señores, también aquí hay "semióticos" y demás).

Podría extenderme más, arriesgándome a destripar algunas partes brillantes del libro, o contando algunos detalles que os animarían a leerlo y a disfrutarlo, pero no lo voy a hacer. Simplemente os animo a que si encontráis este libro o cualquier otro Murakami (no confundir con Ryu) le echéis un vistazo. Ojalá lleguéis a amarlo tanto como yo, que estoy deseando que le den ese Nobel que tanto le está costando ganar. Grande donde los haya, sin duda.




4 comentarios:

  1. Tochazo que me he marcado, no se nota que me ha encantado ni nada xD

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Kenia, eres mi ídola. Haruki Murakami también es mi escritor favorito ^^

    ResponderEliminar