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viernes, 1 de noviembre de 2013

La verdad sobre el caso Harry Quebert

Hola a todos. Hoy voy a retomar una de las temáticas más habituales de este blog, después de un par de entradas un poco distintas que, por cierto, habéis hecho que funcionen muy bien. Ahora toca hablar del último libro que he terminado, y que creo que os va a resultar muy interesante porque he visto a mucha gente comprándolo en varias librerías últimamente. 

El libro lleva por título La verdad sobre el caso Harry Quebert, y es la novela revelación de la temporada. Su autor es el joven suizo Joël Dicker, que ha pasado gracias a este libro de joven promesa a estrella de la literatura, debido a los prestigiosos premios que ha ganado y a las espectaculares ventas que ha logrado con esta novela en distintos países.  

Lo primero que me atrajo del libro fue su portada, ilustrada con un cuadro de Edward Hopper, quien, como muchos sabréis, es uno de mis pintores favoritos. Coincide además que su Portrait of Orleans es una de las obras que más me gustan, porque transmite una tranquilidad inquietante, ya que el paisaje tranquilo y casi desértico contrasta con la sensación de misterio, soledad e incertidumbre que percibimos tras observar el cuadro durante unos segundos. Dejando el cuadro a un lado, también me llamó la atención que hubiera tanta gente comprando el libro, así como ciertas recomendaciones a amigos o familiares que escuchaba en las propias librerías de boca de quienes ya habían leído esta novela.

Así que era lógico que terminara leyendo esta historia. Por cierto, he de decir que este es el primer libro que leo en formato digital, ya que me he dado cuenta de que sale bastante más económico hacerlo así y no leer en papel, por mucho que siga pensando que el papel tiene unas cualidades muy especiales. Pero no hay duda de que el libro electrónico tiene muchas ventajas que hacen que resulte muy atractivo:  se obtiene de una manera rápida y cómoda, se puede descargar en cualquier momento, se puede elegir entre una amplia selección, siempre hay novedades disponibles y, como acabo de decir, sale mejor de precio que el libro tradicional. Reconozco que era muy escéptica, pero eso de llevar a donde quieras un montón de libros en un aparato electrónico finísimo que cabe en cualquier sitio (en mi caso, una tablet) está genial.

Pero bueno, volvamos de nuevo al libro del que os estoy hablando. La verdad sobre el caso Harry Quebert es una apasionante novela que conjuga lo mejor de la novela de misterio, la policíaca, la de amor... en definitiva, es una novela confeccionada a partir de varios tipos de novela. Muchos años después de la desaparición de la joven Nola Kellergan en un tranquilo lugar de New Hampshire, aparece su cadáver en el jardín de la casa del hombre que la amó, Harry Quebert. Enseguida este hombre, un escritor y profesor mentor del narrador de la historia, un joven y exitoso escritor llamado Marcus Goldman, será detenido y acusado de haber acabado con la vida de la chica. Sin embargo, gracias a la perseverancia de Marcus, se descubrirá que quizás la sencilla historia de un crimen pasional no es tal, sino que otros muchos personajes podrían haber tenido un móvil para asesinar a Nola. El lector descubrirá a través de Marcus todos los matices y giros de una historia compleja, llena de lazos aparentemente invisibles y relaciones prohibidas.

¿Qué puedo decir de la novela? En primer lugar, que está muy bien escrita. Dicker sabe manejar los tiempos y los datos para confundir al lector a la vez que se confunden los propios personajes, haciendo así que no haya una sospecha clara hacia el culpable en casi ningún momento (y cuando la hay, tiende a ser falsa). La historia plana que podría haber sido la novela se va convirtiendo en un cruce de relaciones personales (de amistad, amorosas, sexuales, familiares, etc.) que no dejan indiferente al lector, que se va sintiendo cada vez más próximo al mundo de Aurora, un lugar aparentemente tranquilo en el que nada es lo que parece. Mediante Marcus se irán planteando debates muy interesantes, como la conveniencia de la relación entre Harry y Nola, y situaciones también complejas como la ansiedad que provoca en el escritor el conocido como síndrome de la página en blanco.

Hay que destacar también que no estamos ante un libro previsible. Solo al final descubriremos quién mató a la joven Nola, sus motivos para hacerlo y el modo en el que se desarrollaron los hechos. Mientras tanto, los giros en la trama, las sorprendentes pruebas que se van encontrando y las reacciones de los vecinos de Aurora al haberse reabierto el caso irán mezclándose para dar vida a la novela, mientras se van uniendo también presente y pasado gracias de nuevo a la labor de Marcus, encargado de escribir un libro sobre el caso mientras realiza sus propias investigaciones sobre lo ocurrido. Esa mezcla de tiempos es también uno de los mayores atractivos de la historia, ya que no estamos ante una novela lineal, sino que los saltos en el tiempo son continuos, conociendo los pormenores de la vida de Nola desde su nacimiento a través de los testimonios de quienes la conocieron y hablando a la vez sobre hechos del pasado y del presente.

Resumiendo, tengo muy buena opinión de La verdad sobre el caso Harry Quebert. Es entretenido, engancha (me leí más de trescientas páginas de un tirón) y está muy bien planteado, escrito y resuelto; es un buen libro para un lluvioso y aburrido domingo por la tarde. El único defecto que le encuentro es que a veces resultan un poco pesados tantos giros insospechados de la historia, ya que son muchos los habitantes de Aurora que parecen sospechosos sin serlo y que guardan recuerdos inconfesables de una joven de quince años que ni tan siquiera había nacido en este lugar. Tantas dudas son bastante extrañas, puesto que nos hace pensar que todos los personajes tienen una parte muy oscura, que por otro lado siempre termina afectando a Nola. Más allá de eso, esta es, como digo, una novela interesante que cumple su objetivo de entretener.

Así que, si se os avecina un puente sin planes interesantes, no dudéis en engancharos a un libro como este, que seguro os dejará un buen sabor de boca. No tendréis la sensación de haber desaprovechado el fin de semana, ya veréis. Nos leemos.


*Portada del libro en http://www.casadellibro.com/.

jueves, 26 de septiembre de 2013

El Maestro del Prado

Hola a todos. Después de unos días repletos de compromisos familiares, vuelvo a escribiros para recomendaros un libro que estoy segura os va a gustar muchísimo, así que con toda probabilidad la espera ha valido la pena.

En esta ocasión, no se trata de un libro que yo haya elegido, sino de un regalo de mi preciosa amiga (por dentro y por fuera) Vero. Sin embargo, en cuanto deshice el paquete me encantó el regalo, porque ya hacía tiempo que estaba interesada en leer algún libro de Javier Sierra, sobre todo porque más de un amigo y de un familiar me habían recomendado al autor. Así que en cuanto me subí al tren para volver a casa no pude evitar empezar a leer... y ya no pude parar.

Es cierto que, debido a los compromisos de los que hablaba antes, he tenido que dejar de leer durante dos o tres días, pero en cuanto he tenido un rato libre se lo he dedicado a El Maestro del Prado. Y es que pocos libros he leído últimamente que me hayan enganchado tanto como este.

La portada del libro
Muchos de vosotros sabréis que Javier Sierra es conocido por trabajar en temas relacionados con el misterio en diversos medios, como revistas o televisión. Sus libros también están enfocados en esta dirección, tratando temas no esclarecidos hasta el momento, y El Maestro del Prado no podía ser una excepción. Además, se da la circunstancia de que es una novela en la que el propio Javier se sitúa como protagonista de la historia, contándonos en primera persona los sentimientos que le provocaban las distintas situaciones a las que tenía que ir enfrentándose durante esa etapa de su vida.

Antes de comentaros de qué va el libro, he de decir que una de las cosas que más me ha gustado de él es la cuidada edición de Planeta (os dejo aquí un enlace que habla precisamente de algo relacionado con esto); tanto es así que he sacado unas cuantas fotografías del libro para que podáis comprobarlo por vosotros mismos.

La historia que se nos presenta es la de un joven estudiante de periodismo, con inquietudes relacionadas con la comunicación, el arte y la historia, que coincide con un hombre durante una de sus muchas visitas al Museo del Prado. Tras un tiempo contemplando el mismo cuadro, el hombre se dirige a él y entablan una conversación a partir de la cual surgirán una especie de clases de arte en las que Javier aprenderá que quizás tras algunos de los cuadros más famosos del museo se esconden mensajes ocultos. Pero pronto el alumno comprenderá que no solamente en los cuadros se halla el misterio, y se verá empujado a vivir una serie de circunstancias llenas de enigmas por desentrañar. 

Como veis, he hecho un resumen todavía más esquemático de lo que es normal en mí; sin embargo este hecho tiene una clara explicación: creo que cuanto menos sepamos de este libro antes de empezar al leerlo, más nos gustará. Y es que en este caso el factor sorpresa me parece muy importante, ya no solamente hacia al final del libro, sino desde el comienzo. Así que mi consejo es no buscar mucha información sobre la obra si realmente tenéis claro que queréis leerla. 

Uno de los cuadros reproducidos en el libro
A mí me ha encantado El Maestro del Prado. Primero, porque es un libro muy entretenido, de esos que engancha desde la primera página hasta el final, sin que puedas dejar de leer de lo intrigado que te va dejando la historia a cada paso que da. Se agradece que un libro sea así, que sea él quien tire del lector y no al revés, sobre todo cuando se trata de un libro que promete entretenimiento. En segundo lugar, por la ya comentada edición, que nos proporciona las reproducciones de los cuadros de los que se habla en el libro, siendo estas de gran calidad, tanto en lo referente al color como al detalle (aparecen ampliaciones de detalles de los que habla Fovel, el maestro, para que podamos comprobar  mientras leemos que estos son verídicos). En tercer lugar, la historia que se nos narra es apasionante. ¿Realmente sabemos lo que significan las obras de arte, incluso las más famosas? ¿Sabemos interpretar todos los símbolos presentes en las pinturas? ¿Conocemos realmente las intenciones de los artistas cuando decidían pintar un determinado lugar o personaje? Estas son solo algunas de las preguntas que el lector se irá haciendo mientras lee la novela y descubre que quizás estemos más equivocados de lo que pensamos en relación a las interpretaciones del arte. 

Ahora bien, sí creo que hay que aclarar una única cuestión con respecto a esto: debemos leer el libro como la novela que es, sin volvernos locos pensando en que la tesis que propone el autor es la única válida, ni mucho menos. Si se lee como una novela, es un buen libro; si lo que buscáis es aprender arte, serán otros libros los que debáis consultar (algún día haré una entrada sobre esto). Teniendo siempre presente esto, y sabiendo que sí podemos aprender algunas cosas sobre arte, todo irá sobre ruedas. Pero insisto: esto es una novela, y no debemos pensar que todo lo que en ella se dice es totalmente fiel a la realidad. 

A El Maestro del Prado solo puedo reprocharle un par de cosas. A veces el narrador se pierde entre mil y un datos que sustentan lo dicho por él y por el maestro pero que confunden y no interesan demasiado al lector. Creo no equivocarme si digo que algunas páginas hay que releerlas para entender bien hasta dónde quiere llegar el maestro, y también que conforme se va acercando el final el lector prefiere no releer más, ya que los datos tampoco son lo más importante de la obra. Está claro que los datos son básicos para el escritor, pero claramente no son tan relevantes para un lector que busca entretenerse y no recordar incluso el año de la muerte de un monje del Renacimiento. Quizás si no se abusara tanto de datos y fechas el libro podría llegar a un público más amplio, ya que me imagino que esta característica no es demasiado agradable para la mayoría, máxime cuando como digo la mayoría de los datos aportados no son tan necesarios para el lector como para el escritor. 

Tríptico cerrado: La Creación del mundo
El otro punto que no me ha convencido del todo ha sido el final. Si bien el autor no escatima páginas para aportarnos todos los datos a los que acabo de hacer referencia, para el final no tiene tantas páginas reservadas. El desenlace llega de una manera atropellada, y aunque el giro que da la trama es espectacular, no es menos cierto que un final más desarrollado habría sido un mejor broche a una buena novela. Nos perdemos además todos los matices de los personajes, de los que simplemente se nos dan algunos datos al inicio y al final de la historia, muy especialmente de los dos protagonistas. Y es una verdadera lástima, porque aprovechando la primera persona, el personaje de Javier debería estar muy bien dibujado, contándonos más sobre sus sentimientos y percepciones y, sobre todo, de las conclusiones que sacó tras el fin de su relación con el maestro. 


El tríptico abierto: El jardín de las delicias 
No podemos tampoco decir que esto estropee el libro. Estamos ante una novela que cumple su función de entretener mientras, además, contemplamos algunos de los cuadros del Prado, algo que me parece un lujo ya de por sí. Además el museo y sitios también emblemáticos como El Escorial forman parte de los espacios en los que se desarrolla la trama, algo que ayuda muchísimo a que la obra se vea todavía más envuelta en el misterio, rodeada de antiguos enigmas. Todo ello unido a las preguntas que provoca en el lector el personaje del maestro, tanto las que realiza él mismo como las que surgen en torno a su figura, al ser un personaje tan extraño y huidizo, hacen de esta una novela perfecta para quienes disfruten con este tipo de libros,  y también para aquellos que gusten del arte y de los enigmas que se esconden tras él. 

Creo que no me dejo nada en el tintero, así que voy a dejarlo aquí. Espero que os haya gustado el comentario y que si este os parece un libro interesante le dediquéis unas horitas. Ojalá os guste y os enganche como a mí. Nos leemos. 


*Actualización: se me ha olvidado comentaros que existe una aplicación móvil en la que se nos da información complementaria sobre la novela. Es bastante interesante: se nos cuentan detalles del libro, de los cuadros que aparecen en él y conocemos un poco a Javier Sierra. Yo me la descargué primero en HD y no funcionaba, pero la normal sí y va muy bien. Echadle un vistazo si os apetece. Saludos.

viernes, 30 de agosto de 2013

Arte

Hola a todos, ¿qué tal lleváis este final de mes? Espero que muy bien, y que quienes acabéis las vacaciones os adaptéis bien y rápido a la rutina, que al final también tiene su encanto. Antes de nada, tengo que volver a daros las gracias, esta vez por la espectacular acogida de la entrada dedicada a Behind the candelabra, gracias a las novedades que han surgido en los últimos días con respecto a la película. Es una satisfacción ver hasta dónde puede llegar una entrada que en un principio no estaba destinada a destacar dentro del blog y que sin embargo me ha dado muchas alegrías. ¡Gracias a todos! 

Hoy os voy a hablar de uno de los dos libros que os dije ayer en Twitter que tenía sobre la mesa. En este caso, he decidido variar un poco y leer algo de teatro, ya que de vez en cuando me gusta leer este género. Hace ya un tiempo que me prestaron este libro, pero tenía la esperanza de ver la obra representada antes de leerlo; como he visto que las posibilidades eran escasas, he decidido leerlo y no puedo estar más contenta. 

Arte es una obra de teatro que ha funcionado muy bien en todo el mundo y que ha recibido numerosos premios. En España se ha representado en varias ocasiones con notable éxito, y en la edición que yo he leído, publicada por Anagrama, ha participado Josep Maria Flotats, prestigioso director y actor de teatro al que tuve el privilegio de ver en la obra Beaumarchais, en diciembre de 2010 en el Teatro Español (Madrid). 

Supongo que si digo que Arte es una obra de teatro en la que además solamente participan tres personajes algunos saldrán corriendo. Y, sin embargo, es una historia estupenda que divierte, entretiene y además plantea un dilema muy interesante: ¿Juzgamos a los demás por lo que piensan y por sus gustos o por lo que realmente son? 

Esta reflexión nos la propone la autora de la obra, Yasmina Reza, a través de un curioso planteamiento. Sergio, apasionado del arte contemporáneo, decide comprarse un cuadro por el que ha pagado una cantidad muy alta de dinero, cuando tampoco goza de una situación económica excesivamente boyante. Cuando se lo dice a su amigo Marcos este se queda asombrado ante el comportamiento de Sergio, y se niega a creer que su amigo haya sido capaz de gastar semejante suma de dinero por un cuadro que él considera "una mierda". Entre ambas posturas extremas está Iván, un amigo común que intenta apaciguar los ánimos de ambos. A partir de esta situación, Sergio y Marcos se enzarzarán en una pelea que no les llevará a ningún sitio y en la que el propio Iván se verá involucrado a pesar de su inicial postura neutra. 

La interpretación de la obra en base al dilema al que he hecho alusión hace que, mientras leemos, nos vayamos posicionando con uno de los personajes, aunque todo va cambiando según avanza la obra. Y es que se establece un paralelismo con la realidad, con nuestra propia vida y nuestras experiencias: ¿queremos a los demás en función de lo que se parecen a nosotros en sus gustos, aficiones y pensamientos? ¿Ocultamos cosas que nos encantan para que los demás nos acepten tal y como aparentamos ser? Las respuestas deberéis encontrarlas en vuestro interior, pero yo creo que son afirmativas. Y es que muchas veces tenemos miedo al qué dirán, y nos cohibimos para no quedar mal ante quienes nos aprecian, cuando precisamente estas personas deberían aceptarnos tal y como somos. 

La obra es ágil y muy divertida, y se lee en muy poco tiempo ya que, además de no ser muy larga, es muy entretenida. La situación principal y todo lo que desencadena es hilarante y hasta absurdo, provocando en varias ocasiones la risa del lector. Es por todo esto por lo que me parece un libro perfecto para leer en un rato libre en el que estéis aburridos, porque además crea una atmósfera muy relajante debido precisamente a la comicidad de la obra. 

Círculo Negro, de Kazimir Malevich
En fin, no me queda mucho más que contaros sobre este libro,
así que voy a terminar con una anécdota relacionada con el argumento de Arte. Recuerdo que en segundo de carrera el profesor de Arte Contemporáneo (que por cierto, es estupendo) nos enseñó algunas obras de Kazimir Malevich, el padre del suprematismo, que como muchos sabréis es un movimiento basado en figuras geométricas básicas como el círculo y el cuadrado. Al verlo, casi todos los alumnos nos quedamos con cara de que el profesor nos estaba estafando al enseñarnos algo que aparentemente podría hacer cualquiera, en contra de cuadros figurativos estupendos que habíamos estudiado anteriormente y que no dejaban ninguna duda sobre el talento de su autor. Pronto se inició un debate sobre si aquello era o no arte, y sobre el valor de las obras de Malevich. Sin embargo, muchos fueron cambiando de parecer conforme iban viendo las obras y se nos daban las explicaciones oportunas sobre ellas. Y es que a medida que contemplabas el cuadro en cuestión ibas entendiendo la idea del pintor, y valorándola como seguramente se merecía, es decir, positivamente. Así que creo que todos somos un poco Marcos y un poco Sergio; podría decirse que todos terminamos siendo un Iván, el personaje ligado al término medio, a pesar de que, como todos nosotros, Iván terminará posicionándose al final de la obra. 

Espero que la entrada os haya gustado tanto como a mí me ha gustado Arte, y que le echéis un vistazo, porque lo merece. Y si ya tenéis la suerte de poder verla representada, ni lo dudéis, porque estoy segura de que vale muchísimo la pena. Yo estaré atenta y, si se me presenta la oportunidad, iré a verla (y por supuesto, os mantendré informados al respecto). Hasta pronto. 


*Imagen extraída de http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/0e/Black_circle.jpg/200px-Black_circle.jpg.

sábado, 23 de julio de 2011

El incendio del Parlamento

Hace tiempo que siento fascinación por este cuadro. Miradlo cinco minutos seguidos, intentando descubrir todos los elementos que en él aparecen, además de los obvios, y os sentiréis como yo. El autor es Joseph Mallord William Turner, pintor perteneciente al Romántico inglés, y el cuadro data de 1835.

Como el nombre de la obra indica, el cuadro plasma el incendio del Parlamento inglés, sucedido en octubre del año anterior y suceso altamente impactante para la sociedad inglesa, ya que el Parlamento gozaba allí de un gran prestigio.

Desde mi punto de vista, el cuadro posee una fuerza espectacular. Tal vez tenga que ver con el lugar en el que Turner posiciona a los espectadores: dentro de la escena, pero a una cierta distancia del espectacular incendio, o con su maestría a la hora de pintar un remolino de fuego que se refleja en el agua del Támesis y que preside todo el cuadro.
Nos convertimos, por tanto, en uno de esos espectadores que aparecen en el propio cuadro, contemplando una escena trágica y desoladora, característica fundamental del Romántico.

Predomina el color sobre el dibujo en casi toda la escena, a excepción de algunos elementos, como por ejemplo, en el puente, que aparece con algunos trazos que le confieren un detalle excepcional del que carece el resto del cuadro. La pincelada es suelta.

Las barcas nos sugieren un sentimiento de angustia, ya que en ellas van quienes intentan escapar del fuego. También el humo contribuye a dicha sensación, ya que impregna todo el aire del lugar.

Sin embargo, y pese a lo que pueda parecer, la escena está llena de belleza. Es una tragedia, sin duda; un hecho fatídico. Pero a pesar de esto, las llamas nos deslumbran con sus nítidos colores anaranjados, y el agua parece luchar contra ellas. Es bellísima también la visión del edificio incendiado, que resiste contra el fuego y al que podemos apreciar entre la inmensa llamarada.

Es un cuadro realmente hermoso. Lo trágico y lo bello, lo terrible y lo maravilloso. El Romántico, sin duda.