sábado, 25 de enero de 2014

La vida de Adèle

¿Cómo estáis? Hoy os voy a hablar de una película que tenía muchísimas ganas de ver. Sabéis que muchas veces os he dicho en otras entradas que hay ciertas obras que, por la expectativa que generan, suelen decepcionar; en mi caso, tenía miedo de que La vida de Adèle fuera una de ellas.

Había leído muchísimos halagos hacia esta controvertida película, aunque también alguna que otra crítica negativa, basada sobre todo en las escenas de sexo que contiene, bastante explícitas para ser una película convencional. Ayer por fin tuve ocasión de ver esta película francesa, gracias a una perfecta casualidad, y puedo deciros que es una de las películas que más me ha impresionado en mi vida. Así que, yo que vosotros, no me la perdería por nada del mundo.

La vida de Adèle es una película francesa estrenada en 2013, basada en el cómic El azul es un color cálido (título de su adaptación al castellano) escrito por Julie Maroh. Está dirigida por Abdellatif Kechiche y protagonizada por Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux, ambas fabulosas en sus papeles.

La película cuenta la historia de una quinceañera, Adèle, que se siente atraída hacia un chico. Sin embargo, cuando la relación llega a más no siente lo que cree que debería sentir. Una joven de pelo azul con la que tendrá un encuentro casual por la calle le hará albergar dudas sobre su sexualidad, que se intensificarán cuando se conozcan, teniendo una intensa relación amorosa que ambas llevarán de distinta manera, ya que si bien Emma es abiertamente lesbiana y esto es aceptado por todo su entorno, Adèle recibe insultos y reproches por mantener una relación con una mujer. 

A primera vista, el argumento puede parecer bastante banal: una joven, con dudas sobre su sexualidad, que experimenta distintas relaciones con personas de ambos sexos para descubrirse a sí misma. Sin embargo, La vida de Adèle es una de las más bellas historias de amor que he visto en pantalla. Es un amor crudo, descarnado, de los que duelen y hacen daño por su intensidad; es un amor que sigue más allá de su doloroso final. 

La historia de amor es complicada desde su inicio, ya que cuando Adèle ve a Emma por primera vez esta va acompañada de la que era su novia hasta ese momento. Pero esta no es la mayor complicación que se presenta ante la pareja. Como ya he comentado, Emma no tiene reparos en presentar a su novia a todos sus amigos y a su familia, que conocen su lesbianismo; Adèle, sin embargo, sufre represalias por su relación homosexual por parte de sus amigos, que no aceptan que haya decidido compartir su vida con una mujer. Su reacción ante esta situación es desmentir sus sentimientos y negar que Emma sea algo más que una buena amiga. También a sus padres les ocultará la naturaleza de su relación con Emma, a la que les presenta como una nueva amiga que le ayuda a comprender el temario de la asignatura de Filosofía. Pero creo sinceramente que en Adèle también existe un sentimiento de no querer dar explicaciones, o de no querer pedir permiso, por decirlo de alguna manera, para estar con alguien a quien ama, ya que pienso que esto es muy propio de la edad que tiene la chica cuando comienza su relación; Emma, por su parte, decide vivir su amor de una manera más pública, ya que además es más extrovertida que su pareja.

Veis que insisto mucho en hablar de amor, y en la mayoría de los reportajes o artículos que habréis leído sobre esta película seguro que también se habla muchísimo de sexo, porque a mí me ha pasado igual. Hay ciertas personas que han dicho que esta película es casi pornográfica, que tiene escenas demasiado explícitas y demás. Bien, pues es cierto: las escenas sexuales son largas y muy gráficas. Sabéis que estoy en contra del erotismo gratuito, que he criticado en alguna ocasión en este blog, pero es que aquí estas escenas son absolutamente necesarias, ya que si estamos descubriendo la vida de Adèle, como el propio título de la película indica, y sobre todo, su sexualidad, tiene que haber escenas de cama sí o sí. ¿Podrían haber sido más light? Seguro. ¿Podrían estar rodadas con mayor gusto y sensibilidad? En mi opinión, no. Sinceramente, me parece que están muy bien integradas en la historia, y que sin ellas nos habríamos perdido una parte muy importante de lo que pretende contar la película. Así que mi opinión es clara: quien no quiera ver las escenas, que se las salte o que, directamente, no vea esta cinta, pero son preciosas y están tratadas con mucho cariño y cuidado.

Para mí, esta película reúne varios factores que la hacen ser una de las últimas joyas del cine europeo, premiada en el último Festival de Cannes con la Palma de Oro. En primer lugar, la labor de dirección de Abdellatif Kechiche es fantástica, y los planos son sin duda inmejorables, ya que gracias a ellos podemos sentir casi lo mismo que va sintiendo Adèle conforme va avanzando la historia. Otro de los pilares de la película es la historia que cuenta, ya que sin el comic de Julie Maroh nunca se habría podido realizar esta gran obra. No me he leído el cómic, así que obviamente no puedo opinar sobre él, pero sin duda si el resultado de la adaptación es este es porque detrás había una buena historia que contar. Pero si hay algo imprescindible, algo que conmueve y que hace que la película sea absolutamente brillante es el trabajo de las dos actrices protagonistas, Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux. A esta última ya la había visto en otras películas, ya que a pesar de su juventud ha trabajado con grandes directores, y puedo decir que hace un papel increíble, lleno de fuerza, pasión y garra. Sin embargo, el gran descubrimiento (que no mejor actriz que Léa, ojo) es Adèle Exarchopoulos, ya que no cuenta con un currículum como el de su compañera, quizás también por su juventud (cumplió 20 años hacia finales de 2013). Adéle es el contrapunto a lo anterior: representa la fragilidad, la delicadeza, la ternura, la eterna duda y la ingenuidad. Y el trabajo de ambas logra lo que buscaba la historia, que es que haya esa dicotomía que el espectador ve desde un primer momento. Además, la química entre ambas, imprescindible para que la película sea creíble, es impresionante, y escena a escena vemos cómo ese amor perdura a lo largo del tiempo. Por último, la extraña belleza de ambas inquieta, provocando un sentimiento muy difícil de explicar; digamos que ambas son magnéticas, y juntas, forman una de las parejas más atrayentes del cine. 

Os animo a que de verdad intentéis ver esta obra de arte. Eso sí, os advierto de que son tres horas de película, y, aunque no se hace nada larga ni pesada, y el guion no decae en ningún momento, sí tenéis que encontrar ese hueco en vuestras agendas. Yo empecé a verla en la madrugada del jueves al viernes y tuve que cortarla y ver el final el viernes al mediodía, porque se me hizo demasiado tarde y tenía que dormir. Pero sin duda os recomiendo que no sigáis mis pasos y que la veáis del tirón, como se deben ver las películas. Mi último consejo es que, si podéis, la veáis en francés, para que podáis apreciar la excelente labor de las actrices. Insisto: no estoy en contra del doblaje ni muchísimo menos, pero por ejemplo esta película tiene unas interpretaciones tan buenas que merece que sean vistas en su totalidad, y la voz es muy importante en un actor. Ahora sí, me despido de vosotros hasta dentro de unos días. Nos leemos. 




7 comentarios:

  1. He escuchado tanto de esta película que con tu entrada me ha entrado más la necesidad de verla. Desafortunadamente no lo tengo fácil para verla debido al lugar donde me hallo. Y es que en Asiá, el cine europeo es algo de gusto muy exquisito aunque siempre hay lugares que dejan buenas historias para ser rodades. http://2worldtree.blogspot.sg/2014/01/intramuros-la-habana-asiatica.html

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me pasaba igual, había leído tantas cosas que necesitaba verla para comprobar por mí misma si realmente era una película tan especial, y ya ves el resultado. ¿Estás en Asia? Qué maravilla, tiene que ser un lugar muy interesante y completamente distinto. A ver si tienes suerte y puedes ver la película, de verdad vale la pena. Un saludo y enhorabuena por tu blog, le he estado echando un vistazo y me parece una maravilla.

      Eliminar
  2. A mí también me gustó http://solocuandomeaburro.blogspot.com.es/2013/11/la-vida-de-adele.html

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bien, me encanta saber que os gustan las cosas sobre las que escribo, porque a veces tengo mis dudas, sé que tengo un gusto muy personal y que a veces a lo mejor muchos no coinciden conmigo. Saludos.

      Eliminar
  3. Pues sinceramente, para que se hagan películas lésbicas como ésta prefiero que no se haga ninguna… Mucho decir que visibilizan y normalizan pero parece que nadie ve que en realidad estamos en lo de siempre: las relaciones entre mujeres se convierten en objetos de morbo masculino y en escenitas degradantes de tetas y coños antes que en cualquier otra cosa, y eso es más un retroceso que un avance.
    Soy lesbiana y ver esta película me ha producido un profundo asco y rechazo de ver cómo un cabrón morboso nos reduce tristemente a lo mismo de siempre: ninguna profundidad, ningún guion brillante, ninguna trama ni problemática trascendente…. nada más que 15 minutos de sexo salvaje para dar morbo y ganarse a la crítica masculina, y vender una película que no es más que pornografía fácil y gratuita disfrazada de la historia de amor más increíble jamás contada. De haber sido dos hombres los protagonistas (o un hombre y una mujer), el director jamás se habría recreado así en una escena sexual entre ellos y la película no habría sido tan brillante para los críticos. Esta peli no ofrece nada más que el morbo de la homosexualidad femenina y, sobre todo, las imágenes explícitas que lo corroboran. Si la pareja hubiera sido heterosexual y si el sexo realista hubiera sido tratado de manera más sutil, de esta película ni se habla. Y mucho menos se la premia. Pero claro, a los críticos heterosexuales les ha gustado mucho... Qué asco y qué pena.
    Las propias lesbianas somos tan críticas con esta película precisamente porque nos vemos reducidas a una fantasía absurda de un hombre heterosexual, posturas ridículas y una actitud como de “vosotras tocaos hasta la extenuación que yo filmo mientras babeo”. Teniendo una historia tan maravillosa como la que tenía, con un temazo a desarrollar, un punto de partida estupendo en la obra original para trabajarlo y unas actrices entregadas y convincentes para darle vida, Kechiche ha malgastado sus 180 minutos de película en tijeras y cunnilingus. A “La Vida de Adèle” le falta verdad y le sobran erecciones. En su cómic, Julie Maroh quiere dar visibilidad a las dificultades con las que se encuentra un adolescente durante el proceso de aceptación de su diversidad sexual, además de presentar una historia de amor excelente, bien cuidada, respetuosa, estética. Pero la prioridad de Abdellatif Kechiche ha sido ejercer de dictador. Él quería sostener la lupa como un voyeur dándose el lujo de exigir todas sus fantasías desde el lugar más privilegiado. No nos extrañe pues que Maroh haya denominado a esta película “pornografía para mentes masculinas”.
    Y conste que en ningún momento se discute sobre no mostrar sexo en la película, de hecho es necesario y está justificado que se muestre, pero no ASÍ. El problema no es con el sexo explícito siempre que esté justificado y bien presentado, como por ejemplo sucede en el cómic. El problema es cuando se ha decidido mostrar una escena sexual larguísima con el único propósito de crear morbo gratuito y polémica y luego pretender venderlo como otra cosa. Eso es lo indignante. Más que una relación sincera y realista entre dos mujeres parece una fantasía pornográfica bastante tópica (e incluso ridícula por determinadas posturas) de un viejo verde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Paula. Muchísimas gracias por comentar, es genial que hayas dado un punto de vista completamente distinto sobre esta película, y además te felicito porque te has explicado muy bien. A mí la película me gustó mucho porque creo que la historia es muy buena, y de hecho me gustaría leer el cómic en el que se basa para encontrar las posibles diferencias que pueda haber entre una obra y la otra. Es obvio que la polémica siempre vende, y también que quizás la película contenga sexo demasiado explícito y en abundancia, pero a mí no me pareció una pega, aunque es muy interesante la pregunta que planteas de si el contenido sexual sería el mismo de tratarse de una pareja heterosexual. Planteo otra pregunta: Si la pareja fuese heterosexual, ¿hubiera habido polémica y la película habría generado tanta expectación, aún conteniendo tanto sexo?

      Pero bueno, yo creo que eso ya no es problema de la película, sino de la sociedad, que parece que tiene estas cosas superadas hasta que ves ciertas reacciones y te das cuenta de que, desafortunadamente en este caso, hay de todo.

      Como te decía, gracias por comentar y por traernos un enfoque nuevo y diferente, da gusto cuando ves un comentario tan bien argumentado. Un saludo.

      Eliminar
  4. Me alegro de que mi punto de vista (que es el de muchas lesbianas también) ayude a entender por qué tanta indignación justificada con esta película. Te recomiendo encarecidamente que leas el cómic original para que compruebes la diferencia por ti misma: claro que hay sexo, de hecho nadie niega la necesidad de que lo haya, pero está tratado de una manera completamente diferente: con buen gusto, sensibilidad y respeto. Son escenas estéticas y realistas, no tan facilonas, exageradas y burdas como en la película, donde la mirada masculina y casi onanista se delata por sí sola. La autora del cómic también expresó su indignación al respecto. Conste, insisto, que en ningún momento se discute sobre no mostrar sexo en la película, de hecho es necesario y está justificado que se muestre, pero no ASÍ. El problema no es con el sexo explícito siempre que esté justificado y bien presentado. El problema es cuando se ha decidido mostrar una escena sexual larguísima con el único propósito de crear morbo gratuito y polémica para después querer tomar al espectador por tonto, hacerse el ingenuo y pretender venderlo como “arte”. Eso es lo indignante. Más que una relación sincera y realista entre dos mujeres parece una fantasía pornográfica bastante tópica (e incluso ridícula por determinadas posturas) de un hombre heterosexual y obsesivo.
    Ten por seguro que si Kechiche hubiera dirigido “Brokeback Mountain” o una historia de amor con dos hombres como protagonistas, ni de coña se habría recreado tanto. Es por este cúmulo de circunstancias por el que las lesbianas nos sentimos tan ofendidas: se nos reduce siempre a lo mismo, al mismo papel de objetos destinados a dar placer o morbo a la audiencia... Es curioso que las mayores alabanzas procedan, justamente, de hombres heterosexuales; las mujeres, heteros o lesbianas, la ponen bastante peor y son mucho más críticas. Será quizá porque la cosificación sexual de la mujer es algo tan enquistado en nuestra sociedad, en todos los ámbitos, lo tenemos tan admitido, que ni se permite darle la vuelta cuando alguien lo cuestiona y, como siempre, se visibiliza a las lesbianas sólo para la consecución del placer masculino; se las muestra como objetos sexuales en la pantalla con la hipócrita excusa de que es necesario ver esas escenas pornográficas para entender la vida de la protagonista. Y así, la vida de Adèle se queda reducida a “La vida sexual de Adèle”. Una película fácil, vulgar, pornográfica, con todo lo que podía haber dado de sí (no se dedica apenas atención a la lucha interior de la protagonista, a los conflictos con sus padres y amigas ni la solución a los mismos, no se incide en la necesidad de una mayor visibilización y normalización, etc.)... Es verdaderamente una lástima.
    Muchas gracias por tu respuesta y saludos.

    ResponderEliminar