lunes, 7 de julio de 2014

Her

Hola a todos. Hoy os voy a hablar de una de las películas que más me han gustado últimamente. Os estoy hablando de Her, una película que tenía pensado ir a ver en su día al cine porque me la habían recomendado, pero en esa época empezaba un par de proyectos y no tenía apenas tiempo libre. No es que ahora tenga mucho, ya que este verano estoy trabajando en dos cosas distintas que requieren mucho tiempo y atención, pero también es verdad que es verano y que si no lo aprovechamos no tendremos más hasta el año que viene.

Como en mi tierra no está haciendo precisamente un tiempo muy veraniego, estoy aprovechando el tiempo que me queda libre para ver algo de cine, leer y, en unos días, para empezar a ver alguna (o algunas) series. Como siempre, todas las recomendaciones serán bienvenidas, y para eso y para todo lo que queráis tenéis el apartado de comentarios debajo de estas líneas, y también el correo electrónico del blog, que podéis encontrar a la derecha. Del libro que estoy leyendo en estos momentos os hablaré más adelante, pero, como he dicho, hoy es momento de hablar de Her.

Her es una película estrenada hace unos meses, protagonizada por el genial Joaquin Phoenix (¿habrá alguien a quien no le guste este actor?) y por una Scarlett Johansson de la que esta vez solamente escuchamos su sexy y dulce voz. Por si esto fuera poco, los papeles secundarios los bordan nada menos que Amy Adams, Rooney Mara, Chris Pratt y Olivia Wilde, completando un reparto al que no se le puede exigir más de lo que aporta. Her está dirigida por Spike Jonze, un director de esos que te pueden gustar más o menos, pero que siempre aportan su sello personal a las películas que realizan, y fue la Cenicienta de la última gala de los Premios Oscar, ya que de sus cinco nominaciones solo llegaría a concretarse la de Mejor guion original. Después de ver esta película, me reafirmo en mi opinión de que los premios son eso, premios, y poco tienen que ver con la calidad de las películas. Si tengo que elegir entre Her12 años de esclavitud, tengo muy claro que me quedaría con la primera una y mil veces.

¿De qué va Her? Pues es una historia de amor, aunque nada convencional, ya que Theodore, un hombre todavía afligido por su reciente ruptura matrimonial, se enamora de la voz de su sistema operativo, Samantha, quien comienza a sentir más allá de lo que se supone podría hacerlo una máquina. Mientras tanto, su entorno reaccionará de distintas maneras a esta nueva etapa de su vida, y los posibles problemas que pueden darse en una relación amorosa de esta naturaleza van apareciendo gradualmente. 

Antes de ver la película, sabía a grandes rasgos cuál era el argumento, aunque sin entrar apenas en detalles. Tanta recomendación me llamó la atención en su día, porque a mí en un principio no me parecía un tema tan innovador, y mi interés se fue acrecentando al oír que todo el mundo hablaba muy bien de Her. Así que hace hoy una semana, por la noche, me decidí a verla. Intento no ser pesada con este tema porque además respeto todas las opciones, pero he de decir que la vi en versión original, y que mientras la veía una buena amiga mía me recomendó también verla con las voces originales. Como os digo, solo es un dato, ya que entiendo que la V.O. o la V.O.S. es incómoda de seguir para muchos, y además hay un montón de gente en España viviendo del doblaje, habiendo muy buenos profesionales que, por cierto, no siempre tienen el reconocimiento que deberían.

Entrando ya en la temática de la película, he de reconocer que me pareció muy original, y que te hace pensar en el rumbo que estamos tomando. Como película en sí, me ha gustado muchísimo, porque todos sus elementos son buenos: la historia, los actores, la banda sonora, etc. Sin embargo, lo que más me ha gustado de todo es que mientras la ves y cuando terminas de hacerlo, Her consigue que te vayas preguntando cómo reaccionarías tú ante los hechos que acontecen en la película, y, sobre todo, te hace pensar en el camino que estamos llevando en esta época en la que la tecnología parece ser más importante que las personas. 

¿Le hacemos más caso a los aparatos electrónicos que a las personas?  Creo que no hay que ser radicales en este tema, pero es realmente triste ver cómo a veces se juntan cuatro amigos en una cafetería, se supone que para charlar y ponerse al día de sus cosas, y terminan cada uno con su móvil en la mano, no sé si hablando con otras personas, subiendo fotos a la red o, simplemente, evitando tener más contacto con quienes se supone que son sus amigos. Y es que ese es otro de los grandes problemas que tenemos: nos cuesta más hablar cara a cara con las personas que con un aparato de por medio. La gran pregunta es por qué, y lógicamente yo no tengo la respuesta, aunque supongo que no estar viendo a la persona con la que estamos hablando nos desinhibe, ya sea para bien o para mal. 

Es cierto que Her está llevada a un extremo de esta realidad social que de momento no parece factible, aunque no es menos cierto que si a alguno le preguntas si prefiere perder a su pareja o a su móvil u ordenador te contestará que se queda con la primera opción. Pero la película tiene mucho de verdad, sobre todo en algunas escenas, como una en la que el protagonista se da cuenta de que todo el mundo va atendiendo a sus aparatos, y no a lo que hay a su alrededor. Esto es algo que vemos y hacemos todos los días, y no, no me excluyo porque yo también voy a veces más pendiente del móvil que del resto del mundo, pero sí es verdad que deberíamos reflexionar sobre en qué nos estamos convirtiendo. 

Otra gran realidad que aparece muy bien plasmada en Her es la infinita soledad en la que nos vamos sumergiendo sin apenas darnos cuenta. El aislamiento en el que vive Theodore no es más que un reflejo de una existencia cada vez más solitaria a la que muchos parecemos abocados. Esta soledad es la que, en el fondo, le lleva a iniciar esa relación de complicidad y luego de amor con Samantha, algo que tampoco está demasiado lejos de otro tipo de relaciones que todos podemos establecer gracias a (o por culpa de, no lo tengo muy claro) las nuevas tecnologías. Lo que cuenta es que, tal y como le termina por suceder al protagonista, al final te sueles dar de bruces con la realidad. 

En fin, como veis Her me ha hecho replantearme unas cuantas cosas. Como digo, es una grandísima película, entretenida y muy bien interpretada, aunque me quedo con el largo ejercicio de reflexión que la acompaña. Y cuando una película es buena y encima te hace pensar, no hay más que decir. Vedla y ya me contaréis. Un saludo para todos, ¡nos leemos!



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