lunes, 10 de marzo de 2014

El experimento

¿Cómo estáis? Hoy os voy a hablar de una de las últimas películas que he visto, aunque primero quería deciros dos cosas. La primera, daros las gracias por la impresionante acogida que han tenido las entradas anteriores, especialmente aquella en la que hablaba de la ya famosa Operación Palace. Lo cierto es que esta entrada surgió de la necesidad de expresar una opinión más larga de lo que me estaba permitido dar en otros lugares, como los foros de los principales medios de comunicación; además, tenía muchas ganas de poder argumentar mi parecer y mis impresiones tras haber visto el falso documental. A pesar de todo, nunca pensé que ese post tan impulsivo llegaría tan lejos, aunque como digo siempre las entradas menos trabajadas son las que suelen tener más éxito, y de nuevo se ha cumplido, posicionándose por cierto entre las cinco entradas más vistas desde que comencé a escribir en este blog, hace ya unos añitos. Lo segundo que os quería contar es que, como también he dicho alguna vez, suelo tener el material sobre el que voy a hablar adelantado, es decir, cuando escribo sobre algo ya tengo en mi mente de qué voy a hablar la próxima vez que lo haga. En esta ocasión, el imprevisto post movió dos entradas que tenía planeadas pero no escritas, así que hoy os traigo la primera de ellas, sobre una cinta que vi hace ya unas tres semanas, aunque la recuerdo perfectamente porque me pareció una historia realmente chocante. 

El experimento es una película alemana estrenada en 2001, dirigida por Oliver Hirschbiegel y protagonizada por Moritz Bleibtreu, aunque en cuanto empiece a contar el argumento de la cinta os daréis cuenta de que en realidad se trata de una película muy coral, a pesar de que no he escrito más nombres porque son un poco complicadillos (tenéis que perdonarme, pero no tengo ni papa de alemán) y creo que no aportan mucha información, porque al menos a mí ni me suenan. 

La película se basa en un hecho real, el experimento de la cárcel de Stanford, del que podéis conocer todos los detalles en este enlace. Básicamente, se podría resumir en que un grupo de hombres se presentaron a un trabajo que se anunciaba en un periódico local; después de unas pruebas físicas, salieron elegidos un grupo más reducido, que a su vez se dividiría en dos (carceleros y presos) para realizar un experimento en el que se pretendía saber qué ocurriría si a unos se les asignaba un papel de poder y a otros un papel de sumisión.

Lógicamente, la cinta está adaptada y ficcionada, y aunque muchos detalles son reales otros no lo son. Sin embargo, algunos de los más impactantes sí lo son, como los sistemas de humillación al grupo de presos, entre los que se incluyen los siguientes: sus uniformes, una especie de vestidos que debían llevar sin ropa interior debajo; las cadenas atadas a sus pies, que les harían recordar en cada momento que estaban presos y que no podían escapar; el rapado de los cabellos de los reclusos nada más entrar en prisión y la prohibición de utilizar sus verdaderos nombres en lugar de los números de identificación que les habían asignado en la cárcel. También el papel que debían adoptar los carceleros fue muy estimulado por quienes habían decidido realizar el experimento, ya que se les fueron dando instrumentos de poder que les hicieron autoconvencerse de que su poder sobre los presos era real, a pesar de haber sido todos, presos y carceleros, iguales en un inicio. 

Todo esto llevará, tanto en la realidad como en la ficción, a un enfrentamiento cada vez más subido de tono entre unos y otros; no tardarían, por tanto, en llegar los castigos a quienes se rebelaban contra quienes les privaban de libertad. Al segundo día del experimento, y teniendo en cuenta que este debería durar alrededor de dos semanas, ya se produjo un altercado que fue fuertemente reprimido por los carceleros. No os puedo contar más porque os destriparía toda la película, pero quería reflejar al menos esto para que penséis sobre lo que se nos está mostrando con esta historia, que se podría resumir en que cuando a una persona cualquiera le das algún instrumento de poder, corres el riesgo de que deje de ser uno más y se convierta en un tirano; por la misma regla de tres, aquellos que se encuentren bajo ese poder tienen muchas opciones de convertirse en seres sumisos y llenos de temor. 

Como os podréis imaginar, la película es bastante dura, porque las humillaciones son constantes, y las sorpresas que depara el comportamiento de ambos grupos, especialmente del de los carceleros, también. Vi esta película como parte de uno de los seminarios que forman el posgrado que estoy estudiando actualmente y las reacciones de mis compañeros eran, al igual que la mía, de asombro ante lo que veían; supongo que es difícil asumir que todos podríamos llegar a uno y otro extremo. Y es que siempre queremos pensar que nunca haríamos algo así, pero cuando la película termina no puedes evitar pensar en cómo habrías actuado tú estando a un lado y a otro de la celda. 

Cuando una película provoca tantos sentimientos encontrados y tantos debates, es que algo se ha hecho bien. Me encanta el cine de evasión, pero también creo que el cine, como la literatura, el teatro y el arte en general, debería también utilizarse para cuestionarnos a nosotros mismos y para conocernos mejor. Si encima refleja una situación real (aunque en este caso, con final modificado), se dan todos los ingredientes para que se convierta en una historia que nos debería interesar a todos. Probablemente no disfrutéis en muchas de las duras escenas de la película, pero estoy segura de que la historia en general, y las ganas de saber hasta qué punto lo plasmado por la película fue real o no, os compensará esos momentos. 

Espero que os haya gustado la entrada y también que si veis la película, o si ya la habéis visto, reflexionéis sobre ella, y, si queréis, comentéis vuestras impresiones aquí debajo. Espero poder actualizar en breve, como os dije anteriormente tengo algunas entradas pendientes y sigo acumulando más y más. Un saludo para todos. Nos leemos. 


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