sábado, 16 de julio de 2011

84, Charing Cross Road


Si te gusta leer, has llegado hasta aquí y no tienes ni idea sobre el título que tiene esta entrada, quédate. Y no, no responde a un interés personal porque alguien pierda algún minuto de su vida leyéndome, sino porque tu visión de la vida puede cambiar completamente después de haber leído este libro del que hoy hablaremos. Y es que estamos ante algo muy especial, mucho más que un libro.

Lo primero, debemos dejar claro que no estamos hablando de una novela. La obra pertenece al género epistolar, pero ojo: son cartas REALES, entre una apasionada de la literatura (con la que espero que muchos os sintáis tan identificados como yo, e incluso se os dibuje una sonrisa en la cara en algunos comentarios que hace en sus cartas) y un empleado de una librería. Ella, una maniática hasta el límite, con una buena dosis de ironía, pero con una gran ternura; él, un buen tipo, familiar y servicial en su trato con su clienta más especial.

Poco a poco, esa relación meramente comercial va llegando a terrenos muy personales; no, no estamos ante una historia de amor de esas de "vivieron felices y comieron perdices", sino ante una historia de amor únicamente platónica (de hecho, él vive feliz con su propia familia). Quiero decir con esto que no hay lugar aquí para lo llano (siempre que oigo la frase "la realidad siempre supera a la ficción" recuerdo esta historia). Esto es amor, sí, pero no algo tópico y ñoño. Ni siquiera sexual, porque es totalmente innecesario. En fin, leedlo y comprenderéis.

No voy a decir nada más sobre esta obra, porque no quiero romper la magia que posee. Yo me acerqué a ella sin conocerla de nada y disfruté como hacía mucho que no lo lograba. Espero que mi entusiasmo por 84, Charing Cross Road os haya llegado y que sintáis curiosidad por mi recomendación de hoy.

Por cierto, el título es la calle en donde se situaba la librería mediante la cual clienta y empleado se conocieron. Debo aclarar, por otra parte, que ambos nunca tuvieron un encuentro físico, algo que nos hace pensar en cómo se puden crear vínculos tan íntimos con alguien a quien jamás has mirado directamente a los ojos. Para los más curiosos, os dejo una fotografía de la librería en cuestión (la que ilustra mi comentario).

Deseo fervientemente que este libro os guste tanto como a mí, y que lo leáis (recomiendo la edición de Anagrama).

Hasta pronto.


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