lunes, 17 de septiembre de 2012

La hija del Ganges

Hoy* he tenido que venirme ya al piso de estudiantes, para empezar las clases. Normalmente cuando empiezo el curso dejo de leer por placer, porque ya tomo suficientes apuntes y leo muchísimos textos relacionados con las asignaturas que cada año tengo que estudiar. Y es que, aunque adoro leer, reconozco que cuando llego a casa prefiero escuchar música, ver series y/o hablar con mi familia y mis amigos que ponerme a leer hasta quedarme dormida. Pero este año siento la necesidad de seguir leyendo, quizá porque el primer mes de mis vacaciones lo dediqué a dejar la mente en blanco y al final el verano se me ha hecho corto en cuanto a leer se refiere. Aunque he leído unos cuantos libros, no son todos los que habría querido. Espero tener algún hueco para seguir leyendo y, por supuesto, no dudéis de que aquí estaré para escribiros mis opiniones de todo lo que vaya cayendo en mis manos. 

Sin enrollarme más, voy a comentaros el libro que da título a esta entrada, La hija del Ganges. La verdad es que me he traído tres libros delgaditos para Santiago, básicamente pensando en mis viajes de ida y vuelta en el tren. Mientras que dos de esos libros tuvieron que ser transportados en la maleta por falta de espacio, este lo pude meter en el bolso, y así pude venir leyendo en el tren. 

Conocía a Asha Miró porque recuerdo que hace unos diez años se hizo bastante popular, supongo que por la publicación de este libro, ya que las fechas coinciden, aunque recuerdo verla en televisión hablando de su experiencia e incluso hablando de otros temas. Reconozco que todo aquello me pilló bastante pequeña, pero al ver su nombre en el libro me acordé enseguida de quién era. 

El libro es más o menos lo que cualquiera puede esperar de antemano: la historia de una joven adoptada que siente la necesidad de volver a su tierra natal. Lo maravilloso del relato es que toda la historia es real, y eso implica que estén presentes los sentimientos de la propia Asha, tan variados a lo largo del libro. 

Además, para ofrecer una visión más completa de la vida de la entonces pequeña Asha contamos con extractos muy significativos del diario que su madre comenzó a escribir incluso antes de que Asha llegara a Barcelona. En él, encontramos los miedos lógicos de una madre que no sabe cómo se adaptará su hija, y los temores que prosiguen cuando esta finalmente está ya instalada en su casa: que la niña coma bien y se acostumbre al colegio, a la casa, a su familia, que aprenda el idioma para poder comunicarse, etc. Pero también en el relato de la madre es donde aparece todo el amor que transmite este libro. Cada avance de la niña, cada fecha señalada de su vida, cada momento especial es celebrado por la madre como un pequeño triunfo. A mí personalmente me ha conmovido enormemente la capacidad de amor de los padres de Asha, ya que adoraban a sus hijas cuando ni tan siquiera las conocían. 

De lo contado por Asha lo más sobresaliente es su capacidad de reconocer su sentimiento de no pertenecer a ningún lugar, o a todos; su deseo de saber la verdad acerca de su familia biológica y su entereza al conocer la triste realidad. Me llama la atención su sentir de que tiene que devolverle algo a la India, aunque me parece totalmente comprensible, ya que ella pudo recibir una vida estupenda que allí probablemente no habría tenido. 

No me asombran sus vívidos recuerdos de su infancia en India, ya que creo que la mayoría guardamos recuerdos (ya sea porque fueron momentos especialmente buenos o al contrario, traumáticos) de edades muy tempranas, y, a mi parecer, nos pasa más a quienes por una razón u otra hemos cambiado de casa, entorno o, como Asha, de vida. En cambio, me sorprende más que en su viaje a la India se reconozca en los gestos, actitudes y gustos de la gente que allí vive. Quizá eso refuerce la teoría de que, aunque luego le cambie la vida, uno lleva una serie de características innatas que luego se reafirman en la infancia. Si vemos que Asha ya tenía casi siete años cuando llegó a Barcelona, entenderemos que todo encaja. 

Para mí, la enseñanza del libro de y de la vida de Asha es que hay que ser persistente y luchar por lo que uno desea. Ella deseó unos padres con todas sus fuerzas, y el destino le concedió unos padres y una vida feliz. 

Por todo esto, os recomiendo La hija del Ganges, sobre todo si tenéis algún interés sobre las adopciones. Reconozco que siempre he estado muy interesada en este tema, quizá porque de pequeña conocí algunos casos. Me parece maravilloso poder darle una vida mejor a alguien que te va a dar incluso más de lo que puedes ofrecerle. Para que luego digan que la sangre es lo que más une... lo que une es el amor y la entrega, nada más. 

No sigo porque tampoco quiero ponerme demasiado filosófica, aunque me gusta mucho opinar sobre estos temas, ya lo sabéis. Me gustaría que leyerais el libro y sintierais todo el amor y la ternura que desprende, así como el mensaje de esperanza (que por cierto, es lo que significa el nombre de Asha, junto con "deseo") que nos traen sus hojas. Además, si os gusta la India os encantará la descripción detallada que hace de ella Asha en el libro, tanto de la zona más opulenta como de la más deprimida. A mí por ejemplo, supongo que también por lo que me interesa el tema, me ha creado mucho interés todo lo que aparece en el libro relacionado con la mitología de la zona, que cuenta con bellas leyendas que siempre está bien conocer. 

Como veis, es un libro que se lee muy rápido y que no tiene demasiadas páginas, pero las que tiene condensan todo lo que se podría esperar de una historia tan hermosa como la vida de Asha. Nos leemos. 






*Esto lo escribí justo ayer, en papel, y lo que he hecho ahora es transcribirlo. No he querido modificar la fecha ni el inicio de la entrada y por eso donde pone hoy me estoy refiriendo a ayer. 

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