miércoles, 20 de julio de 2011

Un grito de amor desde el centro del mundo

No os voy a mentir. En este caso, no me compré el libro porque había oído hablar de él, ni porque me atrajera especialmente ni nada. Tenía ocho euros, muchas ganas de leer y encontré una edición a seis euros. Ni más ni menos... pero tengo que reconocer que fue una gran inversión.

Reconozco que al principio tuve miedo de que fuese otra "pastelada", al nivel de las que escribe Federico Moccia (no, ni las he leído ni las leeré, pero viendo algunas escenas de las películas basadas en sus libros y viendo los títulos de sus obras me hago una idea). Pero nada más lejos de la realidad. Nos encontramos ante una historia de amor, de lucha y de muerte. Y es que el libro empieza por el final, así que diciendo esto no os voy a desvelar nada de lo que al término sucede, ya que el final es el principio. Estamos ante una historia totalmente redonda, en donde al final se cierra completamente el círculo que ya está cerrándose desde el inicio de la historia.

Sí, nos encontramos ante un amor adolescente, un primer amor. Pero nada es lo que parece. Aquí no hay tópicos, ni demasiadas escenas de sexo tontorrón de esas que tanto gustan a muchos autores. Nada de eso. Básicamente, porque no estamos ante un amor adolescente al uso. No, aquí hay enfermedad, lucha, y dolor. Y un amor que permanece más allá de la vida.

Esto no implica, por supuesto, que sea un libro totalmente triste. Mentiría si negara su tristeza, y yo misma lloré muchísimo en algunas partes, ya que la protagonista se enfrenta a momentos muy difíciles, de esos que cuesta comprender si no has pasado por ellos. Pero nos deja en todo momento un poso de alegría, por los momentos vividos y por algunos destellos de vida, aún en el peor de los casos.

Incluso si no os gusta mucho leer, deberíais acercaros a este libro. Os enseñará a valorar un poco más todo aquello que poseemos, y de entre todo eso, lo más importante: nuestra propia vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario