viernes, 24 de agosto de 2012

Cosmópolis

No os imagináis la pereza que me da hacer este post. Supongo que cuando escribes sobre algo que te ha entusiasmado todo es mucho más fluido, porque tienes ganas de compartir la experiencia con alguien a quien le pueda interesar, y que cuando te toca escribir sobre algo que no te ha gustado tanto la cosa se vuelve algo más complicada.

Tengo que reconocer que Cosmópolis no es para nada un mal libro. Es una buena historia, la estructura del libro es muy original y al final sí llega a obtener un buen ritmo que logra enganchar, pero quizá ya sea demasiado tarde si no se tiene algo de paciencia al principio de la lectura. Como os dije, las primeras veinticinco páginas son muy densas, y se necesitan los cinco sentidos para intentar comprender qué pasa y ubicar a los personajes. Eso en parte es porque no sabemos que pasarán muchísimos más personajes por el resto del libro, así que os recomiendo que no os agobiéis, porque no es necesario para acabar comprendiendo la lectura.

El protagonista es, digámoslo así, especial. Sus actos parecen totalmente impulsivos e incomprensibles, aunque la verdad es que es la tónica general del libro. Para mí, es una representación de una parte de la sociedad de finales del siglo XX y comienzos del XXI, perdida en la tecnología, el dinero y la ambición desmedida. Además, el protagonista es un obseso de la salud y no para de comprobar su estado médico, algo que también lo acerca a tal sociedad. El lector sentirá un cierto rechazo hacia él por su carácter caprichoso, tosco y obsesivo, que va creciendo conforme avanza el relato. De todos modos, no le llegamos a conocer profundamente, porque apenas sabemos nada de su vida, más allá de que posee una inmensa fortuna, de que tiene un matrimonio fraguado más por compromiso y conveniencia que por cualquier otra cosa y de su intenso apetito sexual; también es cierto que aparece algún dato de su infancia al final, pero muy concreto. Quizás sea esto lo que permite que la historia funcione tan bien como retrato social, porque el individuo no se presenta con todos sus rasgos y características, sino más bien desdibujado y lleno de generalidades.

Me gusta especialmente cuando surge la escena de la revolución en las calles, con la rata gigante (sí, rata gigante) y el relato se llena de confusión, porque es el momento más entretenido del libro y el que levanta más enigmas, aunque muchos no se llegan a resolver completamente. También el final destaca sobre el resto del libro, aportando toda la intriga que el resto no posee. Como siempre, me ahorro los detalles para que no perdáis las ganas de leer Cosmópolis si os apetece, o de ver la película, que como ya os dije se estrenará en nada.

La obra tiene una estructura dual, ya que vemos cómo transcurre ese día en la vida del protagonista, y a la vez leemos un relato en primera persona que, en un principio, no sabemos a quién pertenece. Esto aumenta la expectación del lector, por imaginar quién puede ser el que cuenta esto, y ya hacia la mitad y, sobre todo, al final del libro, sabrá quién es.

Como veis, Cosmópolis no me ha disgustado tanto como pensaba. La primera parte se me hizo muy cuesta arriba, pero se trata de una obra que va in crescendo. No es el tipo de libro que a mí más me puede gustar, desde luego, pero sí reconozco que está muy bien y que es interesante si lo vemos como una muestra de la sociedad financiera neoyorquina, y en general de una sociedad que pone por delante el valor del dinero, la especulación  y el egocentrismo puro y duro a cualquier valor admirable. Leerlo en plena crisis conlleva una reflexión adicional posterior a la lectura, viendo el comportamiento de estas personas. Así que os gustan este tipo de historias estoy convencida de que os gustará mucho más que a mí, y si no quizá también le acabéis cogiendo el punto como yo lo hice. También debo decir que últimamente todo lo que he leído me ha gustado mucho, y cuando te encuentras con algo que ya no te gusta tantísimo se nota, y quizá por eso me he quedado más fría con esta última lectura.

Hoy ya me pondré a leer alguna otra cosa, a ver si un poco más amena y fácil. Mañana os informaré. Nos leemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario