domingo, 19 de agosto de 2012

Leyendo Elegía...

No os lo vais a creer, por surrealista. El caso es que ayer llegué de la fiesta y me puse a leer, porque tenía mono de lectura. Estaba cansada, evidentemente, y más con el cansancio acumulado de toda la semana, pero me leí la trasera de Elegía y tuve que empezarlo.

En un principio lo cogí para leer un poco de qué iba, ver cómo estaba escrito y aproximarme un poco a la historia. Vamos, más o menos leer un capítulo y dejarlo otra vez en el sitio. Pero resultó que el libro no tiene capítulos, así que decidí que pararía cuando me aburriera. Total, que no acabé el libro porque cuando me di cuenta era tardísimo y quería bajar hoy por la mañana.

No os podéis imaginar lo que engancha. Acabé leyéndome unas ciento diez hojas  más o menos, del tirón, porque es un libro que se lee rapídisimo, ya que vas queriendo saber más y más del protagonista.

De momento me ha gustado mucho que el personaje tenga tantos matices, las complicadas relaciones que tiene con su familia y la forma en que está escrito, sin florituras, de una manera sencilla pero muy efectiva. Nunca había leído nada de Philip Roth y tengo que reconocer que ahora entiendo que tenga tanta fama y tantos premios.

Eso sí, no puedo recomendar el libro a aquellas personas que sean hipocondríacas. Yo enseguida me siento un poco revuelta al leer cosas relacionadas con enfermedades y os aseguro que tanta operación del protagonista da un poco de aprensión, con esas descripciones tan detalladas.

Así que, en cuanto tenga un momento y se acaben todos los deportes que quiero ver hoy (todos a la misma hora, aun por encima) espero acabar el libro. Así que en nada tendréis una nueva reseña por aquí, seguro que en este caso muy positiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario