viernes, 23 de noviembre de 2012

Sesión Golfa, de Quequé

Hoy voy a hacer la entrada que prometí la semana pasada, y que he ido postergando por diferentes motivos que no vienen al caso. Como veis, el tema es un poco distinto al habitual, pero me pareció un espectáculo tan bueno que no podía dejar pasar la oportunidad de dedicarle una entrada.

Ya os hablé en Twitter en los días previos y después de acudir a ver a Quequé de la ilusión que me hacía poder verlo en un teatro, porque soy su fan desde los tiempos de Splunge (que parece que fue ayer pero ya hace nada menos que casi ocho años desde su estreno), y además fui una seguidora incondicional del programa Estas no son las noticias, de cuando Cuatro era un canal más innovador e independiente de lo que lo es ahora. Todavía recuerdo con nostalgia hacer los deberes temprano para estar libre a las ocho y poder mirar este programa en la televisión, de lunes a viernes sin falta, y disfrutar de mi hora de risas sin preocupaciones.

Así que cuando mi padre me dijo que venía Quequé a dar un monólogo en mi ciudad ni me lo pensé, y de hecho esa misma noche reservé las entradas por Internet. Sí, las entradas en plural, porque a mi padre también le entraron ganas de ir a verlo, ya que también le gusta mucho el humor.




No voy a decir que fui al auditorio con pocas expectativas, porque evidentemente esto no es así, pero tampoco esperaba que al salir me doliera la tripa de tanto reírme. Creo que no estuve un minuto seria desde que Quequé salió al escenario hasta que la actuación terminó. Y ni eso, porque después me daba la risa recordando algunas frases que había dicho.

Obviamente no os puedo destripar de qué va el espectáculo, porque perdería parte de la gracia. Os puedo decir que es más que un monólogo y que también hay música. En cuanto a los temas, son más o menos los que se pueden esperar de un acontecimiento de estas características: relaciones de pareja, sexo, ¡música! y algunos chistes de esos que no podrían emitirse en ningún medio de comunicación, pero que nos hicieron reír a carcajadas.

Sé que no soy objetiva, pero mi padre sí lo es y no sabéis lo que se pudo reír esa noche. Salió del teatro riéndose y comentando algunas de las frases más grandiosas de la actuación. Le pareció un espectáculo muy entretenido y yo, que estaba a su lado, le oí reír tanto o más que yo, por mucho que me diga que yo no paraba de reírme y que se me escuchaba desde lejos (cosa que no puedo negar, porque de verdad no podía dejar de reírme a pesar de que empezaba a tener agujetas en la tripa). Además, había ciertos detalles que el propio Quequé estaba contando que sabía que eran ciertos, como que nació un 6 de enero,  y otros que me recordaron etapas pasadas, como el vídeo que os voy a poner para cerrar la entrada. Los que veíais Estas no son las noticias y los que hayáis visto el monólogo sabréis de lo que hablo.

En fin, solo puedo deciros que como a Quequé se le ocurra ir a Santiago volveré a ir a verlo, porque de verdad es una oportunidad para olvidarse de los problemas y la sensación de relax con la que sales de la sala es alucinante. Sabéis que hay cosas que recomiendo con reservas, pero en este caso no es así. De hecho, si pudiera os obligaría a todos a que acudierais a verle, porque creo que con un poco de humor el mundo iría muchísimo mejor.

Me despido ya, aunque eso sí, sin dejar de recomendaros una de las canciones favoritas de Quequé, sin duda de su grupo preferido, como ya nos dejó claro en Estas no son las noticias...






He intentado poner la canción original, pero Youtube no me deja... lo siento. 
                     

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