lunes, 12 de agosto de 2013

Carta al padre

Hola a todos de nuevo. Por fin he sacado un hueco libre para escribir esta entrada, que tenía previsto que se publicara el sábado por la noche o el domingo, pero que de nuevo se ha visto retrasada. Espero que entendáis que haya aprovechado el sol y el calor que hemos tenido estos días para ir a la playa y también para cumplir con las obligaciones familiares que surgen con las fiestas patronales. Eso sí, gracias precisamente a estas fiestas he tenido la oportunidad de ver a Miguel Bosé este domingo (previo pago, pero ha valido la pena) y de alucinar con él. Qué manera de moverse a sus 57 años. Vale, estaba algo tocado de voz y estará más rellenito y todo lo que queráis, pero ya quisieran muchos veinteañeros moverse y aguantar lo que él: casi dos horas y media de espectáculo. En homenaje, os dejo el videoclip de una de mis canciones favoritas desde hace ya muchos años.


Pero no estoy escribiendo este post para hablaros del concierto, sino del último libro que he leído. Ya os he hablado alguna vez de mi admiración por Kafka, pero me faltaba tener algún conocimiento más sobre su figura. Sabía lo básico, pero gracias a un libro regalo de mi querido y apreciado amigo Andrés (desde aquí y una vez más, ¡gracias!) y que ha venido directamente desde Praga he podido conocer de cerca la personalidad del escritor. Y es que, además de como obra literaria, tendríamos que analizar el valor de esta Carta al padre en términos psicológicos. Aclaro por supuesto que no soy psicóloga, y por tanto tampoco doy una opinión profesional al respecto, pero creo que tras leer esta obra podemos extraer muchas conclusiones que nos acercarán al verdadero Franz Kafka. 

Pero antes de nada, quiero enseñaros la edición que yo tengo, porque si realmente os gusta ya no solo leer, sino los libros en sí, como objeto en sí mismo, creo que os va a parecer un trabajo precioso. Está editado por Vitalis, e incluye dos partes diferentes. En la primera se recoge la carta en sí, tal y como Kafka la escribió, salpicada con algunas aclaraciones que nos informan del entorno familiar del escritor, para que podamos seguir el hilo de la carta. La segunda consta de unas páginas en un papel diferente, más cercano al papel fotográfico, en las que se nos dan explicaciones a mayores sobre el texto que hemos leído y que también incluye fotografías de los personajes que aparecen mencionados en la carta. En un primer momento, empecé a leer el libro por el principio, desde la carta; cuando me di cuenta de que sería mejor al revés, para entender mejor la lectura, decidí empezar por el apéndice que aparece al final del libro. Y creo que fue una decisión acertada que me hizo tener una visión previa sobre lo que iba a leer. Os dejo varias fotos del libro a lo largo de la entrada, para que las disfrutéis.

La portada del libro 
Y después de esta larga introducción, vamos ya a lo verdaderamente importante: la obra propiamente dicha. En las páginas complementarias de las que os he hablado se insiste en la idea de que si bien la carta tuvo en un principio un carácter meramente personal, ya que fue escrita para ser entregada, más tarde fue tomando un cariz más literario. Sea como fuere, Kafka intentó que la epístola llegara a manos de su padre, con lo cual a pesar de todo nunca perdió el tono íntimo que tenía en un principio.

En el encuadernado destaca una carta manuscrita de Kafka
A través de las palabras del escritor entendemos su forma de ser de adulto. Su niñez, debido a su especial carácter y también al de su padre, fue mucho más complicada de lo normal. Se perfiló desde pequeño como un niño sensible, que mientras buscaba ejemplo en su padre solamente encontraba en él actitudes duras y ariscas. Kafka se queja por ejemplo del trato que su padre le daba en la infancia, siempre duro e incluso despreciativo con sus pequeños progresos infantiles, a los que no daba ningún valor y que más bien convertía en motivo de burla; también habla de que nunca apoyó ni a él ni a sus hermanos, al tener diferentes objetivos que los que él pretendía que tuvieran, y que no respetaba sus decisiones. Ya al entrar Kafka en la edad adulta, su padre no tuvo reparos en hablar mal de los amigos que el escritor iba haciendo, ni de impedir las sucesivas bodas que este intentó llevar a cabo en varios momentos de su vida, algo que Kafka le reprocha también en su carta.

Anexo fotográfico complementario
Una de las afirmaciones más llamativas de Kafka llega de la mano de la escritura, ya que para él esta actividad era una forma de independizarse de su padre, y un acto de libertad, según sus propias palabras. Destaco esta idea porque creo que muchos os sentiréis muy identificados con el escritor, ya que pocas cosas hay que proporcionen tanta libertad como escribir lo que te apetece, dejando las palabras vayan fluyendo. Ya os digo que pocas cosas me vienen a la cabeza que nos permitan evadirnos de la realidad tanto como lo hace escribir. Quizás si la vida de Kafka hubiera sido más sencilla nos habríamos perdido a un gran escritor, ¿no creéis?

En fin, como veis este es un libro de lo más completo, ideal para aquellos que tengáis ganas de saber más de Kafka y también para todos los que sintáis un cierto interés por la psicología. Como lectura es sencilla y rápida, y sin embargo muy enriquecedora. Hace que comprendamos la importancia de la infancia en nuestras vidas, y demuestra que estas primeras experiencias son muy importantes en nuestra formación como adultos. Y es que muchos de los traumas de Kafka perduraron en el tiempo y nunca le permitieron deshacerse del lastre que supuso la presión que su padre le transmitió durante sus primeros años de vida.

Creo que es un libro de esos que provocan sentimientos y reacciones a lo largo de la lectura, y una profunda reflexión tras ella, así que no puedo hacer más que recomendároslo de corazón. Estoy segura de que será uno de los mejores libros que vaya a leer este verano. Gracias a todos por leerme (y especialmente a todos los que habéis llegado al final de esta entrada tan larga), nos leemos en nada.


PD: Espero que me perdonéis la travesura de haber puesto de cursor un R2D2, los que me seguís desde el principio sabéis que lo llegué a tener incluso de imagen de perfil y que me encanta el personaje. Espero que al menos os haya hecho sonreír el cambio. Saludos. 

4 comentarios:

  1. No soy un gran admirador de Miguel Bosé, pero a Kafka si que he tenido el gusto de leerlo.
    Me ha gustado mucho esta entrada y estaré atento en las próximas.

    Un saludo filosófico

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    1. Yo a Bosé le tengo todavía más respeto desde ayer, tanto por ser uno de los pocos artistas que he visto que no dudan en ofrecer más y más canciones si el público así lo pide (ya quisieran muchos estar dos horas y media cantando y bailando) y porque no se avergüenza de sus primeras canciones, cosa que también deberían copiarle otros. Y de Kafka qué decir, y más después de haber leído esta obra. Un saludo y gracias por permanecer siempre atento.

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  2. Un poco off topic...no puedo creer que te guste tanto R2..el personaje más memo de star wars...ahí queda.

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    1. Te voy a contestar con un vídeo que creo que ya has visto, pero es lo que hay: http://youtu.be/ZuX1d1tcHuo

      Me encanta, me parece un personaje que aúna las mejores cosas de Star Wars y además es muy simpático. Estoy pensando en hacer una inversión incluso, aunque no me da para comprarme uno como ese, claro. Un saludo, che.

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