domingo, 18 de mayo de 2014

Shame

Hola a todos. Después de hacer un pequeño parón entre tanto trabajo, hoy os voy a hablar de una película que ya hacía tiempo que tenía muchas ganas de ver, y más desde que me la recomendó Alberto (si  me estás leyendo, gracias) en el post en el que hablé sobre 12 años de esclavitud, ya que ambas películas comparten director, Steve McQueen. Como le dije, tenía curiosidad por verla ya en ese momento, pero que las películas coincidieran en director y actor protagonista (aunque en 12 años de esclavitud Michael Fassbender es más bien actor de reparto) me pareció un hándicap, porque podría parecer repetitivo. Ahora que ya han pasado unos tres meses, creo que ya puedo hablar sobre Shame sin sonar pesada.

Como tengo la suerte de que casi ninguno de mis amigos y conocidos es lector asiduo de mi blog, puesto que la mayoría ni saben que lo tengo, me van a hacer el favor de ahorrarme comentarios sobre mis motivaciones para ver Shame. Sí, Fassbender me encanta como actor, y me parece el tío más buenorro sobre la faz de la Tierra el actor más atractivo de nuestros días, sin duda. Y también es obvio, y más después de ver la película de la que hoy os voy a hablar, que lo tiene todo muy bien puesto, pero las imágenes de él completamente desnudo en la película ya hace tiempo que circulan por Internet, con lo cual ese no es el máximo aliciente para ver esta película. Además, no veo razón para no alabar su belleza, cuando quienes me habéis leído alguna vez sabéis que en muchas ocasiones he hecho lo mismo con las actrices que han participado en alguna de las películas de las que he hablado; para muestra, la entrada anterior sobre Joven y bonita. Una vez aclarado esto, he de decir que la expectación que levantó en su día la película y las recomendaciones han sido el empujón que necesitaba para verla.

Si este no es el cartel más sexy, al menos
de los últimos años, que baje Dios y lo vea.
Pero pasemos a lo realmente importante. Shame es la historia de Brandon, un hombre obsesionado con el sexo, algo que marca toda su vida, hasta la laboral. Mientras lleva esta vida tan ajetreada y compleja, reaparece una mujer de la que rehuye: su hermana, Sissy, una cantante poco exitosa que querrá pasar una temporada en casa de Brandon, de quien desconoce la doble vida que lleva y con quien tiene una extraña relación, que da pie a bastantes (y turbios) interrogantes. 

Como he dicho, Shame está dirigida por Steve McQueen, y protagonizada por Michael Fassbender, que comparte protagonismo con Carey Mulligan, quien da vida a Sissy. Esta película recibió varios premios y nominaciones, aunque curiosamente se hizo más famosa a raíz de una nominación inexistente: la de Fassbender a mejor actor en los Oscar, pedida por muchos tras haber recibido la Copa Volpi por su trabajo, entre otros prestigiosos premios. Pero bueno, ya sabéis cómo son estos temas de premios, que a veces son realmente injustos, y después de ver la película queda muy claro que la interpretación de Michael Fassbender es magistral.

Una de las cosas que más me han sorprendido de Shame es que me ha gustado muchísimo más que 12 años de esclavitud, a pesar de que esta ha tenido un reconocimiento mucho mayor, especialmente a nivel de premios. Personalmente, Shame me ha parecido una película mucho menos pretenciosa que 12 años..., menos pesada para el espectador, con más ritmo y hasta con mejores interpretaciones, ya que me han gustado más las actuaciones de los protagonistas de Shame que las de 12 años..., a decir verdad, y aunque pueda sonar impopular tras la enorme trascendencia de la última película de McQueen. 

También la historia me ha parecido más atrayente, puesto que está menos trillada que la de la posterior cinta del director británico. Tiene a su favor tratar un tema peliagudo, pero no demasiado visto en el cine; además, cuenta el problema del protagonista sin entrar en cuestiones morales, salvo al final, en donde sí se deja notar un cierto gusto por la moraleja, que visto lo visto parece propio de su director. Sin embargo, para mí esto, aunque no me entusiasma precisamente, no logra empañar la película. 

Antes de nada, debemos tener claro que Shame está rodada con ese toque indie que gusta y disgusta a partes iguales entre el público. Si os gustan las películas más convencionales, quizás os molesten los planos de McQueen, por interminables algunos, por los movimientos de la cámara otros. Sin embargo, y siguiendo con la comparación, me ha gustado mucho más este tipo de realización, ya que al menos los planos más largos aportan algo, y no como en 12 años..., que me aburrieron muchísimo más, llegando incluso a provocarme sueño. ¿Que en Shame hay algunos planos que duran bastante? Pues sí, pero también nos hacen meternos en la piel de los personajes que aparecen en ellos, mostrándonos sus sentimientos y permitiendo que los conozcamos un poco mejor. 

Ya he hablado de la magnífica interpretación de Fassbender, pero sería muy injusto no mencionar a Carey Mulligan, que borda su complejo personaje. Precisamente ella protagoniza uno de esos planos de larga duración, en una escena en la que canta, y es increíble cómo aguanta un primer plano lleno de emoción (no os doy más detalles, el que quiera verlo que vea la película). La historia está bien, la dirección es magnífica; pero para mí, Shame es lo que es gracias al fabuloso trabajo de sus dos protagonistas.  

En fin, si os dais una vuelta por las principales webs sobre cine, veréis que, aunque ganan las críticas a favor, también hay muchas en contra. Para gustos, colores, a mí me ha encantado. Ya sabéis lo que os digo siempre: para poder opinar hay que verla, así que os animo a hacerlo; seguro que muchos descubrís una buena película que os dará incluso para hacer una interesante reflexión sobre el mundo en el que vivimos. Un saludo para todos, gracias por la paciencia y ya sabéis, nos leemos. 

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